Una botella de Valdeorras por 30 euros, 150 gramos de berberechos en conserva por 33,40 euros, licor café a casi 38, caviar de erizos a 23 euros o una tarta de almendra por 24 son algunos de los productos delicatessen made in Galicia más exclusivos que pueden adquirirse en tiendas especializadas en alimentos selectos. Responsables de estos establecimientos en A Coruña difieren sobre el efecto de la crisis en un negocio dirigido a personas "de un poder adquisitivo medio-alto". Mientras en El club del gourmet de El Corte Inglés aseguran no haber notado un descenso en las ventas, en Casa Claudio reconocen que "ha afectado, como le ha pasado a todo el mundo". Pese a todo, el negocio de los delicatessen no peligra: hace solo unas semanas uno de estos comercios vendió dos botellas de un vino que cuesta 2.495 euros.

En estos establecimientos prima la calidad y por ello, muchos productos no pasan la criba para venderse como delicatessen. "En vinos y licores es fundamental que tengan denominación de origen y en el resto de productos se mira que haya calidad en el proceso de elaboración y sobre todo en la materia prima", sostiene la responsable de El club del gourmet, Belén Rodríguez, quien añade: "En el caso de los mejillones, por ejemplo, solo se admiten los de determinado calibre (tamaño) que va aumentando a medida que lo hace el precio. Una de las diferencias con los normales es que no se rompen al pincharlos con el tenedor".

Galicia lleva años elaborando productos de alta calidad, pero se centra solo en tres áreas: dulces, conservas y bodega. Mermeladas y mieles artesanales, marrón glacé clásico o al jemjibre, mebrillo artesano, amendoados de Allariz, tartas de Santiago o piedras de Hércules son algunas de las apuestas dulces gallegas que se pueden adquirir desde un mínimo de 3,8 euros hasta llegar casi a los 30 euros. En el caso de las conservas la variedad es similar: latas de berberechos o mejillones desde 5 hasta 33 euros; atún rojo salvaje a 28 euros los 170 gramos; delicias de mar a 15 euros o caviar de erizos desde los 13 hasta los 14 euros. Y las bebidas, las de siempre, pero con calidad suprema: vinos, orujos y licores café 100% gallegos.

Pero Galicia no es la única protagonista en los establecimientos gourmet. La base del negocio está en tener artículos nacionales de calidad, pero también productos importados que no pueden encontrarse en otro sitio. "Tienes que ir adaptándote a los tiempos. Los supermercados se han especializado mucho y antes teníamos productos que ahora venden ellos. Hay que ofrecer cosas nuevas para diferenciarse", señala el encargado de Casa Claudio, Agustín Carbayo.

En esta línea van desde los productos típicos de otros países -pasta italiana, chocolate y galletas francesas o todo tipo de especias y salsas japonesas-, hasta tener más variedad de productos básicos como el aceite, la sal o el vinagre o productos aptos solo para los más sibaritas. Es el caso de las crestas de gallo confitadas (10 euros), la sal rosa (40 euros cada 60 gramos), foie de pato (47 euros por la lata de 18 gramos) o perlas de chocolate, cuyo envase de 43 gramos, cuesta 4,5 euros.

Pese a que algunos productos no están al alcance de muchos, estos establecimientos también tiene artículos a precios asequibles. "Es cuestión de lo que quiera el cliente, aquí tenemos vinos desde seis euros hasta 1.800", sostienen en Casa Claudio. "Lo más barato que tenemos son unos zumos de mango de importación o una lata de aceitunas rellenas de pimientos a 1,85", añaden en El Corte Inglés, donde también revelan el lado contrario. Lo más caro en esta tienda es un Petrus 2004, un vino francés de la zona Pomerol, dentro de Burdeos, elaborado con uvas merlot. Solo una de sus botellas asciende a los 2.495 euros.

Desde el sector reconocen que la mayor parte de sus clientes son personas de un nivel económico medio-alto, pero aseguran por la puerta entra "un poco de todo". "Gente que quiere hacer un regalo y opta por algún alimento especial o turistas que buscan algo típico", señala Agustín Carbayo. "Tenemos jóvenes que quieren hacer platos de otros países, por ejemplo Japón, y vienen a por los ingredientes; extranjeros que residen en Galicia y quieren productos de sus países o al revés, gallegos que viajan y en vez de traer en la maleta llena de artículos, los compran aquí", añade Belén Rodríguez.

A la hora de analizar los productos más demandados, la bodega, y en especial los vinos, se sitúa al principio de la lista. "Es sin duda lo que más vendemos, incluso hay gente que nos ha comentado alguna vez que creía que solo teníamos vinos", sostienen en Casa Claudio.

La crisis económica no afecta a todos por igual. "Nosotros no hemos notado nada, la gente compra igual", sostienen desde El club del gourmet. "Algo sí ha afectado, a todos los sectores y quien diga que no, miente", indican en Casa Claudio, donde añaden: "No es tanto porque nuestros clientes estén en crisis, sino por el miedo a una nueva recesión".

Quienes acuden a una tienda delicatessen o tienen las ideas muy claras sobre lo que buscan o quieren hacer un regalo y se dejan aconsejar por los dependientes ya que preparar lotes o cestas de Navidad a la carta es otra de las especialidades de estas tiendas. Un universo donde la cartera marca el límite a los caprichos culinarios.