"Trabajamos en red y ahora estamos colaborando con grupos franceses asociados al ISRA; queremos ser complementarios", asegura el director del proyecto europeo, el investigador del IIM (Instituto de Investigaciones Marinas) de Vigo, Antonio Álvarez. Este experto asegura que la aplicación industrial que han ideado y que permite rebajar de 36 a 29 horas la liofilización usa modelos matemáticos. Después de desarrollar el software y el hardware, el siguiente paso es desarrollar elementos de control a industrias que sean vendibles. Por tanto, "la siguiente fase es la búsqueda de transferencia con empresas", asegura.

Aunque a priori, pudiese resultar extraño que los principales beneficiados fuesen las empresas alimentarias de quesos, cerveza y vino o helados, ya que la investigación parte del IIM, el director de la investigación asegura que se puede aplicar en productos derivados de la pesca. Entre otro de los sectores que también podría resultar beneficiado de este avance están las pesqueras, dado que el procedimiento también se usa para la esterilización en conservas, asegura y a los productos derivados de la pesca. "Es un proyecto europeo en el que trabajamos desde hace cuatro años e intentamos operar sobre procesos que son relevantes o críticos dentro de la industria alimentaria", explica. Y sería también un proceso usado en la industria que fabrica antibióticos y medicinas. "Actualmente no hay una inteligencia que coordine los autómatas programables, por lo que el proyecto desarrolla la inteligencia que actúa sobre ellos", resume.