La cumbre de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) arrancó ayer en Australia con acuerdos para poder ordenar intervenciones tempranas en casos de violaciones de los derechos humanos y del estado de derecho y para eliminar la desigualdad de género en la ley de sucesión al trono inglés. Unas horas después, el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, fue quien anunció a la prensa que las 16 naciones de la Commonwealth que tienen a la Reina de Inglaterra como jefa de Estado "alcanzado un acuerdo unánime en dos cambios a la ley de sucesión" para que sea siempre por orden de nacimiento.

"Será siempre por orden y esta decisión se aplicará a todos los descendientes del príncipe de Gales", detalló Cameron en cuanto al primer cambio. "Por decirlo de forma sencilla, si los duques de Cambridge (el príncipe Guillermo de Inglaterra y Catalina Middleton) tienen una hija, esa hija será un día nuestra reina", aclaró Cameron.

La otra modificación permitirá que un miembro de la familia real inglesa pueda casarse con una persona de otra religión sin tener que renunciar a la corona.

La cumbre de Perth abordará asuntos como la reforma del grupo, los derechos humanos, la inestabilidad económica mundial y el cambio global. Los participantes analizarán las recomendaciones de un grupo de expertos para remodelar la Commonwealth, entre ellas la creación de un estatuto y el nombramiento de un comisionado para la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos.

El organismo ha sido criticado en el pasado por no actuar con firmeza y perder su relevancia a nivel mundial, a pesar de que cinco de sus 54 miembros forman parte del G20 y representa a más de 2.000 millones de personas, en torno a un tercio de la población global.

La reina Isabel II de Inglaterra inauguró la cumbre con un llamamiento para que se acuerden "reformas que respondan con audacia a las aspiraciones de hoy y a mantener a la Commonwealth fresca y en forma de cara al futuro".