El asteroide 2005 YU55, que en su día fue calificado como una amenaza para la Tierra, pasó ayer a unos 324.600 kilómetros del planeta, una distancia menor que la órbita de la Luna. A pesar de la cercanía de este encuentro, el astrofísico del Planetario de Pamplona, Fernando Jáuregui aseguró que "no hay ningún peligro de colisión" y explicó que la única consecuencia será un cambio en la órbita del asteroide, consecuencia de la fuerza de la gravedad ejercida por la Tierra.

Jáuregui explicó, en declaraciones a Europa Press, que "no hay ninguna posibilidad" de que el paso del cuerpo pueda tener consecuencias en el planeta. "Los asteroides rodean el Sol y cada cierto tiempo coinciden con algún planeta, cada uno se desplaza en su órbita así que lo que ocurrirá el próximo martes es que se cruzarán y cada uno seguirá su camino", apuntó.

Este astrofísico señaló que la "única consecuencia" que va a tener este episodio es que la gravedad de la Tierra "tirará del asteroide y modificará su órbita" ya sea "para alejarlo y que nunca más se le vuelva a ver o para acercarlo". Jáuregui explicó que esta "influencia" de la Tierra sobre 2005 YU55 se debe a la diferencia de tamaños. La Tierra tiene un diámetro de 13.000 kilómetros mientras que el asteroide tiene 400 metros.