El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, afirmó ayer que le hubiera gustado haber sido consultado sobre la designación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como pregonera de la Semana Santa, debido a su situación matrimonial. Blázquez asegura que al conocer que Santamaría está casada por lo civil, se plantó si es una buena elección para pronunciar el pregón en la Catedral y ante el arzobispo.

"Mi apreciación no va más allá de lo que va el Código de Derecho Canónico", precisó Blázquez, quien no obstante indicó que asistirá al pregón, programado para el próximo 23 de marzo, por tratarse "de un género literario, más que de una homilía o de un sermón".

El arzobispo de Valladolid afirmó que a partir de ahora pedirá al Ayuntamiento que le presente una terna de candidatos a realizar el pregón de la Semana Santa por tratarse de un acto perteneciente a un acontecimiento religioso y a pesar de que la designación unilateral del pregonero corre a cargo del Ayuntamiento desde hace más de 15 años.

Sáenz de Santamaría fue designada pregonera de la Semana Santa el pasado 16 de enero por el alcalde de Valladolid, Javier León (PP). Su misión consistirá en proclamar el venidero tiempo de Pasión en la ciudad donde nació en 1971, exaltar el fervor de sus gentes y glosar la singularidad de unos desfiles penitenciales declarados de Interés Turístico Internacional.

La vicepresidenta será portavoz durante una ceremonia que se celebrará en la Catedral metropolitana, a menos de cien metros del edificio histórico de la Universidad de Valladolid, donde Sáenz de Santamaría estudió y se licenció en Derecho.

La candidata a liderar el PSOE, Carmen Chacón rechazó ayer las las palabras de Ricardo Blazquez. En un mensaje publicado su cuenta de Twitter, la candidata afirmó que no comparte ni comprende lo que califica de "ataque" por parte de Blázquez. La socialista destacó su defensa de un "estado laico" en otro tweet en respuesta a unas declaraciones del arzobispo de Tarragona, Jaume Puyol.

A última hora de ayer, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría no se había pronunciado al respecto de las declaraciones del arzobispo de Valladolid.

Una vez más la Iglesia vuelve a suscitar polémica ante su negativa a que personas casadas por lo civil participen en aspectos religiosos. Uno de los últimos conflictos fue con una profesora de Religión a la que expulsaron de su puesto por haber contraído matrimonio con un hombre divorciado. Tras once años sin empleo y varias sentencias en contra, la docente logró hace sólo unas semanas que la justicia le diese la razón. El Estado y la Iglesia deberán abonar ahora el sueldo de estos años a la profesora.