La pugna legal que ha librado España desde 2007 contra Odyssey por un tesoro valorado en más de 500 millones de dólares se acerca a su fin, después de que el Tribunal Supremo de EEUU haya rechazado hoy el recurso de urgencia interpuesto por la empresa estadounidense.

La máxima instancia judicial desestimó la petición de Odyssey de que suspendiera la ejecución de la sentencia que le obliga a poner en manos del Estado español el tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes", compuesto por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro.

El juez Clarence Thomas, en una escueta decisión, comunicó este jueves a las partes en litigio que había desestimado la petición de emergencia interpuesta por la empresa con sede en Tampa (Florida), para que se dejara en suspenso la aplicación de la sentencia por la que se le obligaba a devolver el tesoro.

"Estamos muy contentos de que el juez Thomas, tras examinar los argumentos de Odyssey, no los haya aceptado, tal y como ha sucedido en cada uno de los tribunales", dijo a Efe James Goold, el abogado de España en la batalla jurídica contra la empresa estadounidense.

En ese sentido, Goold explicó que se trata de "otra victoria" y agregó complacido: "Tenemos victorias en cada fase del proceso judicial en los tribunales estadounidenses", tras casi cinco años de batalla legal.

El despacho de abogados de Goold, Covington, añadió en un comunicado que su equipo "está preparado para el próximo movimiento de Odyssey, que ha dicho que intentará de todas formas, a final de este mes, pedir al Tribunal Supremo que acepte revisar el caso".

La compañía de exploración submarina había presentado ante el Supremo un recurso de urgencia, con el propósito de que esta instancia suspendiera la orden de ejecución de la sentencia emitida por una corte de Tampa -en la que se ordenaba la entrega del tesoro- hasta que pudiera presentarle una petición de auto de certiorari.

Esa figura jurídica, a la que Convington hacía referencia, permite al Supremo de EEUU requerir a un tribunal de rango inferior que le envíe una causa para revisarla.

"Tendrán que demostrar que hay una buena razón para creer que el Supremo va a encontrar algo de mérito en sus argumentos", añadió Convington, que recordó que esa instancia acepta menos del 1 % de las peticiones de ese tipo que se le presentan.

En su opinión, "la decisión de hoy supone una clara declaración sobre las posibilidades" que tiene Odyssey de ser escuchada.

Por el momento, prevalece la argumentación del Gobierno español y las sucesivas sentencias y ratificaciones de los diversos tribunales que dan la razón a España sobre el tesoro que Odyssey extrajo en mayo de 2007 del pecio de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes", hundida en 1804 por una flota inglesa.

La negativa de hoy del Supremo permite que el proceso que se lleva a cabo en paralelo siga sin obstáculos su curso legal, es decir, que el tribunal de Tampa, que llevó este caso inicialmente, reciba en los próximos días una notificación formal de la Corte de Apelaciones de Atlanta (Georgia) indicando que rechazó el último recurso interpuesto por Odyssey.

"El Tribunal Supremo sólo concede la suspensión de la ejecución de una sentencia cuando mira la decisión de un tribunal de apelaciones y cree que hay algo que debería examinar", una circunstancia que "no ha ocurrido en este caso", explicó el letrado.

Hasta el momento "Odyssey no ha ofrecido buenas razones para que el Supremo revise la decisión" de otros tribunales, apostilló el letrado, quien espera recibir de un momento a otro la notificación de que el "mandato" de Atlanta ha llegado a la corte de Tampa.

El "mandato" de la corte de apelaciones ordenará que se ejecute la sentencia que establece la devolución del tesoro que Odyssey extrajo del pecio de "La Mercedes", hundida frente a las costas del Algarve (Portugal).

Hasta ese momento, la empresa estadounidense se ha negado a pronunciarse sobre la evolución de los acontecimientos y se limita a recordar que aún no hay una orden definitiva de entrega del tesoro.

El juez Mark A. Pizzo, que instruyó el caso en el tribunal de Tampa, fue quien determinó que España era la propietaria legal del tesoro, ya que la fragata pertenecía al Estado de español y estaba en misión militar cuando fue hundida.

Por el contrario, Odyssey defiende que la embarcación se hallaba en una misión comercial y, por lo tanto, no estaba sujeta al principio de inmunidad soberana.

Una vez que el tribunal de Tampa reciba el aviso formal y el mandato de ejecución de Atlanta, las autoridades españolas tendrán un plazo de diez días para repatriar el tesoro, que ocupa 600 cubetas de 25 kilos cada una, lo que está previsto hacerse en dos aviones Hércules.