Culpable de tontería. ¿Entraban en su casa bolsas llenas de dinero, como dijo y desdijo en su día Mayte Zaldívar? No sé. ¿Sabía lo que su hombre hacía y deshacía en Marbella? Ni idea. ¿Lavaba usted más blanco los billetes del municipio? Yo, para nada. ¿Pero no leía los periódicos? En mi casa solo entra el ¡Hola! No es que el juicio a la Pantoja, esa pieza desgajada del caso Malaya por la que el colorín afila cámaras, se haya adelantado. No es el juez el que pregunta. El banquillo es un plató amigo y la interrogadora, María Teresa Campos. Y luego sería Susanna Griso, pero como ésta es de la compe, de Antena3, la jugosa entrevista no se emite. Y luego también Ana Rosa Quintana, AR, para compensar el desliz, Vasile, perdón. Y a todas lo mismo: soy inocente, señorías, o señoras. "Cuando conocí a esa persona -esa persona fue alcalde de Marbella, y después su gitano y ahora nada, un mal recuerdo, señorías- no sabía lo que llevaba detrás. Yo no sabía lo que ocurría en ese pueblo" -ese pueblo fue Marbella, cuna de la jet, nido de corruptelas, su segundo hogar y ahora nada, un mal recuerdo, señorías-. La tonadillera se ha sentado, ha mirado a los ojos, ha respondido. Y ya hay autoinculpación: "Soy tonta". Y veredicto: "Julián Muñoz me falló". Y condena: "Estoy un poquito depresiva". Ahórrese la vista, señor juez.

Buckingham y los biquinis. A las Middleton, Catalina y Pippa, las han cazado en biquini. Y eso que en los dominios de Isabel II está prohibido que la realeza ande en los papeles ligera de ropa. Y por sentencia. A los tabloides británicos les obligaron a eliminar otras fotos similares de las hermanas, cuando aún no estaban emparentadas con la realeza pero ya aspiraban. Pero esta vez no ha pasado nada. A ver, estaban de vacaciones en el Caribe, en familia. Es verdad que son otros tiempos, que ser abuela es más relajado que ser madre y que la monarca andaba en asuntos de mayor relevancia, conmemorando sus seis décadas con corona y armiños. Pero acuérdense de los reales y monumentales enfados que cogía la reina cuando retrataban las carnes de sus nueras. Diana en las Bahamas y embarazada. Diana en la cubierta del Fortuna con el Rey en aguas de Mallorca. Diana tomando el sol con Dodi Al Fayed. Sarah Ferguson en topless dejándose lamer los pies por un financiero americano.Demasiado para la queen.

El síndrome Lady Di. El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasbugo ha tumbado la demanda de Carolina de Mónaco. La fotografiaron esquiando con su familia en Saint-Moritz, cuando aún estaba con Hannover. También es verdad que una de las fotos se publicó bajo el titular El príncipe Rainiero no está solo en casa y la que aparecía cuidando de su padre enfermo era la hija menor y díscola, Estefanía. Y ella esquiando. Pero la foto tiene "valor informativo". Su hija Carlota la secunda, también en esto. Con lo de fotos que ha sido siempre el principado. Carlota ha contratado al mismo abogado que Diana de Gales. Teme morir como ella, perseguida por paparazzis. Alberto y Charlene lo mismo, arremetieron contra la prensa. Total, por decir que la novia había intentado darse a la fuga. Telma Ortiz, que no es princesa, solo hermana, pleiteó contra toda la galaxia Gutemberg. Por cierto, también perdió.

Divorciarse con estilo. ¿Quién dirían que se divorcia mejor que nadie? Isabel Preysler, por supuesto. Una mujer capaz de coger un bombón en lo alto de una montaña de bombones sin mover un solo músculo, sin que se desplome, con esa delicadeza, tenía que prologar un manual escrito por una magistrada para divorciarse con estilo. Y que tiene experiencia. Se ha divorciado nada más y nada menos que de Julio Iglesias en 1979 y del marqués de Griñón en 1987. Luego Chábeli se le divorció también, de Ricardito Bofill, pero aquello ya era otra cosa. A las otras chicas las tiene sin casar. A Tamara Falcó y a Ana Boyer maldita falta les hace un marido famoso. Ya salen en el ¡Hola!

Un hombre de campo. Jesulín de Ubrique es un hombre de campo. Lo dice María José Campanario, que su Jesús "es muy bueno y tiene una mente privilegiada". Pues bien. Lo malo es que Campa dice lo de hombre de campo como sinónimo, o símil, o metáfora, de poco cultivado. A pesar de la mente privilegiada y a lo mejor sin mala intención. Pero puntualiza lo que son sus cosas: "Le gusta el campo, le gusta torear. No ha sido un hombre de estudiar". Ella sí. Ella es más de ciudad y menos de campo, por eso se fue de Ambiciones. Ymás cultivada. Por eso estudia para odontóloga o protésica dental. Aunque se lo han puesto difícil, con el caso Karlos y lo de conciliar y eso. Pero ahí está. Aunque diga eso del campo. Mujer, Campa, que lo agrícola-agreste, incluso el toreo, mira lo que te digo, no está reñido con las aulas. Desde luego, los hombres de campo andaluces llevan una temporada mala. Primero Cayetano Martínez de Irujo. Y ahora María José Campanario.

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, en la homilía del Sacromonte el día de San Cecilio, critica que la gente suspire por un puesto de funcionario. Es una "enfermedad social". Por eso Alfonso Díez, marido de la duquesa de Alba, se apresura a tramitar su excedencia. Ya no acudirá más al ministerio. Ahora será duque consorte y, como quiera que los hijos de Cayetana apretaron para que el ducado no conllevara, además del peso del oropel, el del oro, será empresario. Abrirá una tienda de antigüedades en Madrid. Es un negocio familiar el de la almoneda. Un de los hermanos de Alfonso ya se dedica. Este hermano era amigo de Jesús Aguirre, el difunto segundo marido de la aristócrata y dicen que a través de él se conocieron. Opino que es una actividad muy ad hoc. Puestos a ser empresario, lo que más le pega a un duque es el sector de las historicidades. Mucho más que abrir un bar de copas. Además, Cayetana de eso sabe un rato. Y lo digo sin retranca. Porque ella combina lo antiguo y lo actual. "Soy bastante moderna", asegura en Estoril, en la presentación de Eu Cayetana, la versión portuguesa de sus memorias. La duquesa, que traspasa fronteras.