Pese al afán de la familia Ortega por mantener en secreto los entresijos del enlace de su benjamina con el jinete Sergio Álvarez Moya, esta semana se ha desvelado uno de los detalles más importantes de la novia: quién diseñará su ramo. El elegido es el prestigioso florista francés afincado en Bruselas Thierry Boutemy, un viejo conocido en la industria de la moda que ha confeccionado marcos de pétalos para desfiles de Lanvin, realizado instalaciones para firmas como Dior y colaborado con Mario Testino en las fotografías de Lady Gaga para la edición estadounidense de la revista Vogue -la biblia de la moda-.

El propio Boutemy confirmó la elección en elVogue británico, en una entrevista en la que no tuvo más que elogios para la heredera de Inditex y su futuro esposo. "Son muy sencillos. No les gusta nada llamar la atención. Hay quien pide ramos muy grandes, ellos todo lo contrario", aseguró el belga, quien también avanzó que los arreglos que ultima para la celebración del próximo sábado en Drozo están basados en la pintura de los primitivos flamencos.

No será ésta, sin embargo, la única conexión belga con la boda del año. Durante los últimos días, se ha podido ver circular por Anceis un gran tráiler de la empresa Meys&Zonen, con sede en la ciudad de Brasschaat y especializada en el transporte y almacenaje de muebles, antigüedades y obras de arte. Una circunstancia que hace pensar que los preparativos de la boda han obligado a desmantelar parte del mobiliario del pazo o que las mesas, sillas y demás elementos decorativos del banquete proceden, también, de Bélgica.

Nada se sabe sobre la empresa encargada de organizar el evento, aunque las características de las carpas que se han instalado en el pazo de Drozo -que según explicaron a este periódico varios operarios, están perfectamente climatizadas gracias a un sistema de calefacción bajo el suelo- sugieren que detrás de su montaje podría estar la misma firma franco-española que se encargó de la espectacular puesta en escena de la boda de los príncipes de Asturias, celebrada en el Palacio Real de Madrid.

Otro dato que sí está confirmado es que los invitados al enlace se llevarán como recuerdo un pañuelo hecho con encaje de Camariñas y personalizado con sus iniciales. Además, los novios no quieren regalos -ni siquiera han realizado la clásica lista de bodas- y, los que reciban, serán donados a una ONG.

"Desde hace tres semanas, esto se ha convertido en un ir y venir de camiones. Deben de estar organizando una fiesta muy gorda". Los vecinos de la parroquia cambresa de Anceis, y sobre todos inquilinos de las casas que rodean el pazo de Drozo, tienen estos días una distracción extra: observar cómo evolucionan los trabajos de acondicionamiento del recinto para la llamada boda del año. "El domingo pasado fue uno de los días con mayor ajetreo. No paraban de entrar y salir de la finca tráileres y grúas para montar las carpas", explica una vecina que vive justo enfrente de la casona aunque, asegura, desde su vivienda "no se ve casi nada". "Hace unos años se veían muy bien el edificio de pazo y la piscina, pero desde que pusieron los camelios junto al muro, es muy difícil ver algo. Los paparazzi lo van a tener bastante complicado", bromea.

La boda de la hija pequeña del fundador de Inditex con el jinete Sergio Álvarez Moya es el tema principal de conversación en los corrillos que se forman en la estrecha carretera que atraviesa Anceis. "Estos días no se habla de otra cosa. Sobre todo, porque no paran de venir periodistas preguntándonos por el tema", comenta una pareja de vecinos que pasea por la zona. "Todos quieren saber si hemos visto algo y si Amancio Ortega y el resto de la familia suelen venir por aquí", indican, y añaden: "Lo cierto es que apenas se les ve. Hace años, cuando no se sabía los millones que tiene, sí que era habitual verlo entrar y salir en la finca, pero ahora ya no. Se cuida mucho de no llamar la atención", sostienen.

Otra vecina asegura que el hombre más rico de España compró el pazo donde el próximo sábado contraerá matrimonio su hija -y donde él mismo se casó con Flora Pérez en 2001- hace ya "veintitantos" años. "Según tengo entendido, antes pertenecía a un militar que vivía en A Coruña", apunta esta mujer, quien asegura haber visitado la finca "varias veces" antes de que perteneciese a los Ortega. "Es enorme y muy bonita. Tiene una huerta, un fuente y una casa donde viven los dos matrimonios que se encargan de su mantenimiento", relata.

Los vecinos cambreses de los Ortega esperan poder ver a "algún famoso" el día de la boda. "Algunas revistas dicen que igual viene la hija de Carolina de Mónaco, y puede que también la infanta Elena. A ella ya la hemos visto varias veces por aquí, cuando venía a competir con los caballos", subrayan. El próximo sábado se despejará la incógnita. O tal vez no.