El Tribunal de Estrasburgo sentenció ayer que España no violó el convenio de Derechos Humanos en el caso de José Antonio Fernández Martínez, un sacerdote casado y con cinco hijos que fue despedido como profesor de Religión en 1997.

Fernández se ordenó cura en 1961 y en 1984 pidió un dispensa del sacerdocio, concedida 13 años después, para casarse por lo civil en 1985. Según el demandante, profesor de Religión en varios institutos de Murcia entre 1991 y 1997, el despido se produjo tras la aparición en la prensa murciana en noviembre de 1996 de una foto suya con su familia en un acto del Movimiento Pro Celibato Opcional, del que era miembro. Por ello presentó una demanda ante el Tribunal de Estrasburgo invocando los derechos al respeto de la vida privada y familiar, a la prohibición de la discriminación, a la libertad ideológica y de expresión, y a un juicio justo del citado Convenio.

La sentencia indica, sin embargo, que los motivos de la no renovación del contrato "son de naturaleza estrictamente religiosa". El texto del alto tribunal europeo, que se dió a conocer ayer, afirma que el demandante tuvo que ser consciente "de las particularidades de la relación laboral en este tipo de puesto y del derecho del obispo de proponer o no a los candidatos", y recuerda que las exigencias profesionales en este caso se encuentran en "la ética basada en la religión y las convicciones".