La enfermedad celíaca (EC), trastorno del sistema inmunológico ocasionado por una intolerancia permanente al gluten -proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno, el triticale, el kamut, la espelta y posiblemente la avena-, es la patología crónica intestinal más frecuente en España. De hecho, afecta a uno de cada cien españoles, aunque se calcula que solo uno de cada siete está diagnosticado. Según la Asociación de celíacos de Galicia (Acega), cerca de 450.000 gallegos pueden padecer esta enfermedad, que se desarrolla en cualquier etapa de la vida.

La intolerancia al gluten causa atrofia de las vellosidades que recubren el intestino e interferencias en la absorción de nutrientes y sus síntomas incluyen diarrea crónica, retraso del crecimiento y/o del desarrollo infantil, fatiga, erupciones en la piel, pérdida de peso, cambios en el carácter, vómitos y vientre hinchado, aunque muchos casos son también asintomáticos, lo que dificulta el diagnóstico.

Precisamente la implantación de un protocolo de diagnóstico precoz es una de las reivindicaciones de Acega, que ayer celebró en Santiago su encuentro anual con motivo del Día Nacional del Celíaco, que se celebra hoy. "Un protocolo de diagnóstico precoz reduciría el tiempo del diagnóstico de la enfermedad, que ahora está en tres años, lo que supondría un menor deterioro para el enfermo, pero también sería un importante ahorro para la Sanidad", sostiene Isabel Capdevilla, directora de Acega.

El único tratamiento existente para esta enfermedad es una dieta estricta de por vida. Los productos frescos: verduras, carne, pescado... no presentan inconvenientes para las personas con intolerancia al gluten. Sin embargo, el problema se presenta en los productos elaborados y manufacturados, cada vez más presentes en la dieta.

Acega reclama un plan de inspección que vele por el cumplimiento del Reglamento Europeo 41/2009 sobre el etiquetado de los productos sin gluten, según el cual, se puede etiquetar como sin gluten cualquier alimento convencional (no específico para celíacos) cuando en su composición el contenido de gluten no supere los 20 mg/kg. Esto abre un gran abanico de posibilidades de elección a los celíacos, que hasta ahora disponían solo de 4.000 productos seguros para la cesta de la compra que, según Capdevilla, supone 1.520 euros más al año que el resto de la población española. "Hoy tenemos más productos sin gluten y cada vez hay más de marcas blancas, lo que abarata su coste. Sin embargo, aún siguen siendo más caros que los que contienen gluten. El precio continúa siendo la asignatura pendiente", afirma Isabel Otero, madre de dos hijos celíacos.

Comer fuera de casa también es complicado para un celíaco, aunque los restaurantes también van sumándose a la etiqueta "sin gluten". La Asociación de celíacos de Galicia tiene colgada en su web la lista de establecimientos hosteleros que ofrecen dieta sin gluten, y que actualmente incluye casi cien locales. "Un restaurante que conoce la enfermedad celíaca es una seguridad porque no estamos hablando solo de productos que contengan o no gluten, sino de su posible contaminación. Un celíaco tampoco puede ingerir unas patatas, por ejemplo, fritas en el mismo aceite donde se ha preparado algo rebozado", explica Capdevilla.