La vida del presentador y cantante Bertín Osborne dio un giro de 360 grados hace cinco años. Su hijo Kike nacía con una lesión cerebral que le impedía ver y oír y los médicos fueron tajantes: no había solución y no sobreviviría más allá de los dos años. "Mi escala de valores cambió y hoy en día me siento más feliz que nunca porque ahora sí sé lo que es realmente importante; me miro al espejo y me siento orgulloso de lo que veo, algo que antes no pasaba", señaló el cantante ayer en el congreso Lo que de verdad importa que se celebró en A Coruña, en donde invitó a los jóvenes asistentes a no rendirse jamás. "Los padres de hijos como el mío deben saber que sí hay solución aunque cuesta mucho trabajo. Kike ya puede hablar y tiene un gran sentido del humor", resalta.

Tras una vida que califica de "fácil y acomodada" -en donde durante "demasiados" años asegura compró, viajó y vivió como quiso-, la particular odisea de Bertín Osborne comenzó cuando el parto de su mujer Fabiola se adelantó al sexto mes de embarazo. "Tuvo una infección, la listeria, que afectó al feto", arrancaba el relato el presentador. Pese a sufrir septicemia -infección en la sangre- y dos hemorragias cerebrales, el pequeño Kike "se aferró a la vida", pero el pronóstico de los facultativos no era bueno. "Nunca olvidaré las palabras del médico: 'su hijo no tiene solución, será un vegetal, no andará, ni verá y si alguien le dice que puede recuperarse le está mintiendo", señaló Osborne, satisfecho porque se equivocara en sus predicciones.

Tan solo 24 horas después del parto, la mujer de Bertín ya había localizado un instituto en Estados Unidos en donde, desde hace 55 años, trabajan para que los niños con lesiones cerebrales mejoren su calidad de vida. Lo hacen a través de cursos que imparten a los padres para que realicen diferentes terapias en el domicilio. "Estos niños tienen que hacer terapia de ocho a diez horas al día, es inviable que esto se realice en un hospital. Por ello, los padres tenemos que aprender", indica Bertín Osborne, quien asegura que "tras estas terapias, el 100% de los niños registra mejorías". La clave está, según el presentador, en que los expertos estadounidenses no buscan aliviar los síntomas sino buscar el origen del problema y darle solución. Y pone ejemplos. "Los niños con lesiones cerebrales suelen tener convulsiones -algunos incluso 100 al día-. Aquí la solución de los médicos es darles una pastilla, pero no te dicen que los deja adormilados y que tiene efectos en el hígado", señala y añade: "Las convulsiones llegan por falta de oxígeno en el cerebro y simplemente con que el niño respire un minuto dentro de una bolsa de plástico, varias veces al día, desaparecen". Lo mismo ocurre con la movilidad. "Se sabe que si en lugar de dejarlos en la cuna boca arriba, los pones en el suelo, comenzarán a gatear antes", indica.

Pese al mensaje optimista de que "hay solución", Osborne se muestra muy crítico con el sistema sanitario español. "Si hay un remedio, no sé por qué se les deja de lado y no se informa a los padres de las posibilidades que existen", resalta y añade: "Esta terapia -que consta de seis cursos a 3.000 euros cada uno- es más barata que los gastos que genera la atención de estas personas a la seguridad social". Por ello, hace años creó la Fundación Bertín Osborne con el objetivo de informar y ayudar a las familias que atraviesan una situación similar a la suya. Osborne terminó la ponencia entre lágrimas al ser sorprendido por la organización con un video sobre su hijo.

El congreso contó también con el relato de la cantante Miriam Fernández con parálisis cerebral y el empresario Pau García-Milá.