¿Restaurante? ¿Taberna? ¿Bar? ¿Casa de comidas? Un poco de todo y de nada. Pero quien logra sentarse en su única mesa -a puerta cerrada y con capacidad para, como máximo, doce personas- en un fin de semana puede considerarse un privilegiado. Una lista elaborada por el magazine del diario económico Expansión acaba de situar al minúsculo establecimiento compostelano Abastos 2.0 al nivel de otros grandes del Estado como DiverXO, en Madrid, del chef y estrella Michelin David Muñoz; o Ábac, de Jordi Cruz, en Barcelona, en lo que respecta a la larga lista de espera. Un mes. Nada más y nada menos. Es el único local gallego que destaca por esta razón, ajena, aunque normalmente inequívocamente ligada, a la calidad del establecimiento.

Uno de los creadores, Iago Pazos, lo confirmó ayer: "Cuatro semanas". En la actualidad ese es el tiempo que hay que esperar para sentarse a la demandada mesa, aunque previa a las 22.00 horas funciona como lugar de vinos y tapas. Con una salvedad: "Para viernes y sábado noche, las reservas se empezaron a complicar hasta los dos meses de reserva, pero tenemos más peticiones en invierno que en verano", advierte. Y es que parece que los principales demandantes de la "cociña miúda", que practican Iago Pazos y Marcos Cerqueiro, son oriundos de Compostela.

Preguntan qué no quiere comer el comensal -posibles intolerancias alimentarias- y cuánto presupuesto tiene. Y luego, diseñan el menú basándose en las oferta del mercado, que está justo al lado. Este espacio gastronómico opera sometido al ritmo de vida de la plaza de la que se alimenta a diario y basado en su concepto de "cociña miúda". "Con un tamaño mayor al de una tapa y similar al gramaje de los platos de un menú degustación, es elaborada en directo y al momento, con el cliente como espectador", explican. "Hay gente que coge un vuelo para venir a comer en nuestra casa y eso nos pone una presión terrible", reconoce Iago Pazos.

Los dos artífices del proyecto, Iago Pazos y Marcos Cerqueiro, lo concibieron como un espacio versátil y flexible, que plantea como subtítulo el concepto de barra efímera y que compatibiliza el servicio abierto al público con la gastronomía a puerta cerrada.

Los precios del menú rondan los 50 o 60 euros. "No se parece a nada y cuenta con escasos precedentes en el gastrosector nacional e internacional", explican. Abastos 2.0 podría definirse como una neotaberna. De hecho, según sus creadores, a la gente lo que le gusta es ese concepto: "Tuvo gran acogida por estar dentro de las casetas del mercado; la iniciativa hizo mucha gracia. Pero no somos grandes chefs ni hacemos locuras en la cocina; solo apostamos por el producto y nunca mezclamos más de tres ingredientes en el plato, aunque jugamos a sorprender con un color o con la textura", dicen.