Según su partida de nacimiento, Toñi Cantó nació el 6 de mayo de 1974 en la Clínica Nuestra Señora de Lourdes de Barcelona, y fue entregada en adopción a una familia de Alicante por la Casa Cuna Santa Isabel de la ciudad condal, gestionada por la congregación religiosa de las Siervas de la Pasión -con hogares también en Vigo y en Valencia-. Sin embargo, esta joven sospecha que sus verdaderos orígenes podrían estar en Galicia y, por ello, ha viajado hasta esta comunidad en busca de posibles respuestas.

Según cuenta Toñi, quien autorizó su adopción fue una religiosa gallega, cuyo nombre aparece vinculado a otros presuntos casos de niños robados en Barcelona, y también en Galicia. Su contacto con estos otros afectados no hace más que incrementar sus sospechas acerca de la posibilidad de que su madre biológica esté en la comunidad gallega. "Lo que me hace sospechar es que quienes firmaban las adopciones en las casas cuna eran las superioras. Si esta monja, que fue directora de la Casa Cuna Santa Isabel de Vigo, pero no de la de Barcelona, fue quien autorizó la mía, es porque debía conocer o tener algún tipo de relación con mi familia biológica", sugiere la joven.

La religiosa en cuestión, que está ya retirada, participó en el documental Torneu-me el fill! Els nens robats del franquisme, emitido en enero de 2011 en el espacio Sense Ficció de la televisión pública catalana. "Primeramente es que no estamos seguras. Y segundo, que no me entra en la cabeza ya desvelar nada. Que te mates ahora a dar vueltas para mí es una pérdida de tiempo, de verdad", decía entonces.

Una "pérdida de tiempo" indispensable para la tranquilidad de Toñi, quien afirma tener claro que la suya fue una "adopción irregular". "Las monjas estuvieron yendo a la casa de mis padres adoptivos durante al menos trece años y se llevaban una caja de uvas y un sobre con dinero que, supuestamente, era para ayudar a la congregación", recuerda la joven, quien supo que era adoptada siendo apenas una niña. "Con nueve años ya lo sabía. En Monforte del Cid éramos una docena de niños adoptados en la misma Casa Cuna, y nos señalaban con el dedo", subraya.

No fue hasta bien entrada la adolescencia, sin embargo, cuando Toñi empezó a investigar a fondo acerca de sus orígenes. "Con mi madre adoptiva no se podía tratar el tema, porque como le habían quitado a otra niña que les habían dado en adopción antes que a mí, pues se ponía fatal. Y mi padre adoptivo siempre me decía que mi madre biológica había muerto", explica la joven, quien, pese a los obstáculos familiares, no se dio por vencida. "Con 17 años, viajé a Barcelona y encontré la clínica donde supuestamente nací, que por aquel entonces aún estaba abierta. Pero las monjas que la llevaban me dijeron que mi madre no había estado allí", señala.

En 2001, sin embargo, poco antes de fallecer, su padre le hizo una importante revelación. "Le dije que como mi madre biológica había muerto, iba a ir a pedir su parte de defunción, pues no creía que el mismo día de mi nacimiento hubiesen fallecido muchas mujeres en esa clínica, y él entonces me contestó: 'Niña, no busques por ahí porque no está muerta'", recuerda.

Esta revelación sirvió para alentar, si cabe aún más, la búsqueda de Toñi. "En 2010, se aprobó una ley en Cataluña que hace prevalecer el derecho de los hijos a saber por encima del de las madres a ocultar su identidad, por lo que no hacen falta ya ni jueces ni abogados para pedir los datos a las casas cuna, sino que se puede hacer directamente a través de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (Dgaia)", señala, y añade: "En un primer momento, me dijeron que de mi caso no había nada. Pero hace tres meses me llamaron y me dieron un nombre y un apellido, Manolita García. Es, hasta ahora, lo único que tengo", apunta esta joven, quien calcula que su madre biológica debe haber nacido entre 1948 y 1958. "Mi intención no es meterme en la vida de nadie, solo quiero saber de dónde vengo y conocer mis antecedentes médicos. Esto último es especialmente importante para mí, porque cuando mi hija tenía cuatro meses, sufrió una crisis de broncoespasmos que la llevó al borde de la muerte. Ahora, afortunadamente, esta bien, pero cuando los médicos me pidieron mis antecedentes médicos para saber qué era exactamente lo que le pasaba a la niña, no pude dárselos", subraya.

Durante su estancia en Galicia, Toñi ha estado apoyada por Estrella Vázquez y Antonio Miñones, presidenta y secretario de SOS Bebés Robados Galicia, asociación que investiga "cerca de 80 casos" en la comunidad. Las personas interesadas en ponerse en contacto con esta entidad pueden hacerlo en a través del teléfono móvil de su presidenta (699 678 761), de su correo electrónico (sosbebesrobadosgalicia@gmail.com), de su página web (www.sosbebesrobadosgalicia.jimdo.com) o de su perfil de Facebook (www.facebook.com/sosbebesrobadosgalicia).