Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red- Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) junto al Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge y de la Universidad de Barcelona han demostrado que los enfermos de anorexia nerviosa y obesidad presentan características neurobiológicas comunes. "Llevábamos unos años estudiando la relación entre ambas enfermedades en ámbitos como la alimentación y la genética", afirma el doctor Fernando Fernández-Aranda, quien lidera al equipo investigador.

Estos aspectos comunes entre ambas patologías radican en factores de riesgo como problemas de autocontrol o déficit en la toma de decisiones ante episodios relacionados con la comida, elementos que juegan un papel negativo en el desarrollo y mantenimiento de estos trastornos alimentarios, y que con característicos de ellos, según los expertos.

"El descontrol de los pacientes de obesidad ante una sobreingesta de alimentos, causado por su impulsividad, o el excesivo control que presentan los enfermos de anorexia ante la alimentación" son algunos de estos rasgos característicos, según Fernández-Aranda. Los expertos estudian la posibilidad de intercambiar estas dos conductas para la mejora de los tratamientos, de forma que los obesos desenvolvieran parte de esa rigidez ante los alimentos y los anoréxicos adquirieran impulsividad ante el excesivo control que manifiestan sobre sus actos.

Los factores de vulnerabilidad de anoréxicos y obesos, desde los cuales se han encontrado las similitudes, "giran en torno a dos ejes diferentes", explica el investigador catalán, a los cuales han llegado después de analizar la personalidad y los aspectos genéticos de los participantes. Por un lado están la rigidez y la impulsividad, características de la anorexia y de la obesidad, respectivamente. Por otro lado se centraron en las funciones ejecutivas. "Las capacidades de toma de decisiones se ven alteradas en ambos pacientes ya que tienen dificultades en el manejo de situaciones, sobre todo de tipo alimentario", explica Fernández-Aranda.

En el estudio que hizo posible esta investigación participaron mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, de las cuales 35 padecían anorexia, 53 obesidad y 137 presentaban un perfil sano. Las participantes se sometieron a pruebas "específicas de tipo neuropsicológico para el estudio de diferentes áreas", explica el investigador catalán.

La primera evidencia clínica para comenzar la investigación la encontraron al comprobar que el porcentaje de obesos aumentó un 30% en 10 años, ante lo que el doctor apunta que "la obesidad es una de las causas que desencadenan trastornos alimentarios de otro tipo".