Con representantes de casi todas las familias, en diferentes estados evolutivos y conservados a la perfección, el yacimiento de fósiles vegetales de Estercuel (Teruel) es una auténtica enciclopedia tallada en piedra sobre las primitivas plantas con flor. Puede que la mejor de las pocas que se han hallado hasta ahora en el mundo y el mérito es del grupo internacional de investigadores Paleobotánica Ibérica, liderado por el paleobiólogo de la Universidade de Vigo, José Bienvenido Fernández.

La paleoflora descubierta pertenece a la época más moderna del Cretácico Inferior, momento en el que se produjo la eclosión de las plantas con flor o angiospermas. El equipo ha identificado unas 60 especies, pero también han descubierto otras muchas nuevas que todavía están por definir, así como gran cantidad de interacciones con insectos. "Esto nos permite entender ese momento de cambio en el mundo tan importante en el que las flores y los frutos se expanden por todo el planeta y los ecosistemas evolucionan", explica Bienvenido.

Con estos hallazgos también surgen nuevas preguntas. Entre ellas, cómo influyó la expansión de las angiospermas en la desaparición de los dinosaurios. "Hasta ahora solo se iba a la caza del dinosaurio como pieza de museo, pero ahora se piensa en ellos dentro de un ecosistema", señala este experto gallego.

Entre las paleoflora encontrada destaca un antepasado del actual nenúfar, conocida como acuatifolia fluitans. La peculiaridad de esta angiosperma acuática es su peciolo que, gracias a su ensanchamiento central, actúa a modo de flotador y permite a sus hojas desplegarse por encima de la superficie del agua. Pero lo más interesante de esta especie es que desvela una "cierta relación" entre Teruel y Kansas, ya que solo se había visto con anterioridad en un yacimiento de la misma edad en esta zona del centro de Estados Unidos.

El equipo también ha encontrado granos de polen de plantas que, hasta el momento, se creía que solo crecían en el norte de África y Sudamérica por aquel entonces. Por ello, los investigadores sospechan que el archipiélago que durante el Cretácico Inferior era la península Ibérica habría servido de puente para la dispersión de la flora que provendría tanto del oeste del antiguo continente de Laurasia, como de Gondwana, al sur.

Junto a Bienvenido, en el equipo se encuentran otros investigadores de las universidades de Vigo, Zaragoza, Nacional Autónoma de México y Lund (Suecia), así como del Museo de Historia Natural de París. Sus excavaciones en Teruel comenzaron hace más de dos años y, por el momento, sus investigaciones se han centrado en la flora cretácica.

La revista Geodiversitas acaba de recoger el estudio de este grupo de investigadores entre los que hay un científico de la Universidade de Vigo. Pero, después del descubrimiento del yacimiento de Estercuel, han llegado muchos más. Entre treinta y cuarenta afloramientos que les han proporcionado una "inmensidad de información", cuyo estudio precisará varios años de trabajo todavía, según indica este experto gallego. "Cada año encontramos cosas más excepcionales y raras", reconoce el paleobiólogo José Bienvenido Fernández.