Los swingers o personas que practican el intercambio de parejas son cada vez más jóvenes en Galicia. Desde hace unos años, esta práctica, tradicionalmente asociada a personas de entre 40 y 50 años, gana terreno entre quienes aún no han cumplido los 30. Tanto es así, que incluso ha crecido el número de locales de ambiente liberal a los que acuden los gallegos, hasta llegar a los seis que se contabilizan en la actualidad (uno de ellos situado al norte de Portugal).

José Luis Varela, dueño del club New Kisses, en Ponteareas, está seguro de que "desde hace tres o cuatro años se está notando esta tendencia". "Está claro que la modalidad está aumentando entre la gente más joven", comenta, aunque también recuerda que el "grueso" de la clientela de su local sigue siendo de "personas entre los 30 y los 50 años".

Pero ¿cuál es el motivo de este rejuvenecimiento? Varela tiene una teoría: "Creo que las nuevas tecnologías ayudan a tener más información. Antes era un tema tabú y solo venía al que le picaba la curiosidad", señala.

Otro de los locales que ya llevan varios años dedicado a ese negocio es Noches D'embrujo, en Vigo, cuyos responsables denominan como un "círculo privado de ambiente liberal". Su dueña, María, también ha notado el incremento de los jóvenes que se pasan por su local. "Es algo que funciona y no solo vienen a tomar algo y conocer a gente buena, el sexo también existe", indica.

Uno de los clubes más actuales de Galicia es La Casa de Barro. Situado en Pontevedra, lleva algo más de un año en funcionamiento y su dueño, Fernando Lacasa, tiene 32 años. "Aquí tenemos un ambiente muy de ese estilo, con música house y con gente joven, divertida y culta. Somos el club más joven de Galicia y nacimos con la idea de no parecernos al ambiente más clásico, puesto que no estamos conformes con eso", explica, y añade que no está seguro de que lo suyo sea "tendencia", pero tiene claro que son "distintos".

Uno de los puntos en los que se diferencian de otros locales en los que se practica esta modalidad es el nivel de sexo entre sus cuatro paredes. "Nosotros no sexualizamos la sala. Aquí nos gusta pasarlo bien y estar a gusto para poder conocer a otras personas. Además, los chicos solos no pueden entrar", concreta Lacasa.

Los otros tres locales a los que se pueden dirigir las parejas más liberales están situados en la provincia de A Coruña y al norte de Portugal.

El más reciente es Liberty Dreams, regentado por una gallega, Ana Domínguez, en la localidad fronteriza de Valença. "Aquí notamos un incremento claro entre las personas menores de 30 años. La juventud viene a pasarlo bien y no están para nada intimidados. Quieren probar cosas nuevas", comenta Domínguez, quien, al igual que José Luis Varela, apuesta por internet como una de las causas del aumento del interés y de la pérdida de tabús.

El incremento de información es una de las causas que apuntan desde el club Dos + Dos, en Santiago. "Llevamos dieciséis años funcionando y notamos un incremento de este tipo de clientela, aunque no es que sea algo exagerado", indica su dueño, que prefiere no facilitar su nombre.

En la misma línea, Ana M., del establecimiento coruñés Privado Eclipse, considera que "cada vez son más" las personas de esa franja de edad que se pasan por su local y especula con un aumento en la publicidad que se hace del mundo swinger como causa principal, aunque apunta: "El cliente clásico busca intercambio con parejas estables y los jóvenes quieren algo más esporádico".