Son contratos entre un colegio y la Xunta: el primero se compromete a cumplir unos objetivos de mejora de indicadores y nivel del alumnado y la segunda le concede un dinero público extra para que llegue a dichas metas. Si los resultados no son los esperados, la financiación se retira. La Consellería de Educación estrenó el año pasado esta fórmula "incentivadora y de mejora", que conlleva más implicación del claustro, horas de trabajo y dedicación, teniendo en cuenta además el incremento del horario lectivo generalizado, tanto en Infantil y Primaria como en Secundaria. Si el año pasado, el primero en experimentar esta fórmula, solicitaron el contrato programa 174 centros educativos gallegos, para este curso han formalizado la petición 314, prácticamente el doble de colegios.

Los equipos directivos tienen que presentar un plan de trabajo, con objetivos y actividades para un año, que debe pasar la criba de la Consellería de Educación. "De momento no hay designado un presupuesto", expresó ayer el departamento que dirige Jesús Vázquez, que explica que el hecho de que se duplicasen las peticiones significa que el programa ha llamado la atención de los centros. Aunque es pronto para saber si hay dinero para todos, muchos de los que participaron el año pasado han vuelto a solicitar el contrato programa. De las 174 centros solicitantes, Educación rubricó contratos programa con 144, lo que supone el 82%. Esos colegios trabajaron en más de 230 líneas de mejora, desde un paso más del plan de refuerzo y mejora (PROA), hasta convivencia, excelencia o mejora de la lectura, la escritura y el cálculo.

Con el compromiso de 460 profesores y casi 12.000 alumnos beneficiados, este curso podrán duplicarse los números. De hecho, las propuestas de los 314 colegios que optan a los contratos programa es trabajar en 527 líneas de actuación. La teoría es más financiación a cambio de más esfuerzo, más trabajo y mejores resultados, una de las teorías que ha defendido desde el inicio de mandato la Consellería de Educación, pese a las críticas de que atenta contra la equidad en la educación, la igualdad y el equilibrio entre centros. Los contratos programa avanzan, además, en la autonomía de los centros, otra de las ideas clave del departamento educativo actual.

El IES Luis Seoane, de Pontevedra, es uno de los pocos colegios en Galicia que trabajó en las cinco líneas de mejora. "Este año queremos repetir porque así lo aprobó el claustro y el consello escolar, ambos por unanimidad. Es más trabajo pero sirve para vincular las herramientas que tienes: por ejemplo, el equipo de bibliotecas funciona como generador de ideas y, como somos escuela asociada al programa Unesco, lo utilizamos en el capítulo de la excelencia", argumenta su director, Raimundo Naveira.

Por otra parte, los sindicatos educativos criticaron ayer, un día después de la inauguración del curso, "la apuesta decidida del actual Gobierno autonómico por la educación privada-concertada, destinando cada año 250 millones a este sector". Machús Fernández, de Comisiones Obreras, recalcó ayer el "sobreesfuerzo" al que se obliga al profesorado gallego para mantener "unos mínimos de calidad". Desde este sindicato negaron "normalidad" en el inicio de curso -tal y como había asegurado el conselleiro Jesús Vázquez el miércoles cuando más de 200.000 alumnos regresaron a clase en Galicia- y apuntó que la consellería busca "un sistema educativo elitista".