Los dependientes siguen presentando solicitudes para recibir el apoyo y las ayudas catalogadas en la ley de atención a las personas que no pueden valerse por sí mismas, con sus tres niveles de gravedad, pero la tendencia en el tipo de servicio demandado ha cambiado mucho. Los últimos datos indican que cada vez son menos las personas en situación de dependencia que piden ser atendidos por uno de los suyos, a través de la libranza de cuidados en el entorno familiar, y prefieren un servicio de ayuda en el hogar, ya sea a través de asistentes personales y apoyos puntuales por horas cuando la teleasistencia no es suficiente para la gravedad de las necesidades individuales.

Las peticiones de libranza de cuidados en el entorno familiar han caído este año un 45% con respecto a las prestaciones que la Xunta está abonando en la actualidad a parientes para que atiendan dicha incapacidad. El reparto por el tipo de ayudas que hoy en día realiza la Consellería de Benestar, atendiendo al interés mostrado por los propios dependientes que las solicitan, es del 35,5% del total para cuidadores y el restante 64,5% son primas para otros servicios.

En las solicitudes de 2012 se percibe el cambio de tendencia: solo el 19,6% piden un cuidador (frente al 35,5%). El 80% de solicitudes de servicios se dividen entre: ayuda en el hogar (35,8%), residencia (18,8%), centros de día (11,7%) y libranza vinculada a servicio (14%), esta última modalidad se trata de una aportación económica para la adquisición de un servicio privado cuando no sea posible prestarlo mediante la oferta pública de la red de servicios sociales.

Benestar explica que la tendencia ha cambiado desde el inicio de la aplicación de la ley, en parte por la priorización de los servicios, ya que la Xunta ha hecho "una apuesta por los servicios profesionales, más costosos pero que garantizan la calidad".