La Real Academia de la Lengua define como "siniestro" aquello que queda "a mano izquierda", lo que da una idea de la imagen peyorativa que durante siglos persiguió a los zurdos. Despreciados en la Edad Media al ser considerados brujos o demoníacos, motivo suficiente para divorciarse en Japón durante décadas y todavía mal vistos en algunas tribus africanas, quienes tienen más destreza con la mano izquierda que la derecha -aproximadamente el 10% de la población- eran obligados en España hasta hace pocas décadas a aprender a utilizar la diestra, lo que provocaba que los alumnos zurdos siempre fuesen a remolque del resto de la clase. "Afortunadamente ya no se llevan a cabo estas prácticas porque ser zurdo no es una manía. Estas personas no presentan más dificultades para el aprendizaje que los diestros, el problema surgía cuando se intentaba invertir su lateralidad", señala Ana Ulloa, del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia. Derribadas las barreras en la escuela, los zurdos deben aprender a convivir en un mundo 100% pensado para diestros.

Las causas de la zurdera todavía son un misterio. El cerebro de divide en dos hemisferios: el derecho que dirige los movimientos del lado izquierdo del cuerpo y está relacionado con el control de la expresión emocional, la sensibilidad musical y la artística mientras que el izquierdo rige el lado derecho y es el encargado de la comprensión oral y escrita. Los zurdos suelen intercambiarlos, algo que según descubrieron científicos de la Universidad de Oxford en el año 2007, podría deberse a un gen: el Lrrtem1, que está relacionado con el uso de las manos y que modifica la asimetría del cerebro.

Pese a que el origen todavía es difuso, lo que ya está claro es que los niños zurdos no presentan más problemas de aprendizaje que los diestros. "Ser más hábil con la izquierda no supone ningún problema. Antes, cuando se les contrariaba y se les obligada a convertirse en diestros, sí tenían dificultades a la hora de aprender a leer, invertían algunas letras o números, tenían cierta torpeza psicomotriz o problemas espacio-temporales como ubicar correctamente derecha e izquierda", indica Ana Ulloa, quien asegura que si se respeta la mano que utilizan desde siempre "aprenderán con normalidad". Es más, ser zurdo presenta ciertas ventajas sobre quienes se rigen por la derecha. "Son personas más creativas, de hecho muchos artistas como Leonardo da Vinci o Picasso eran zurdos; las diferencias vienen porque se rigen por el hemisferio derecho. Por ejemplo, a la hora de hacer un cuadro, ellos tienen un pensamiento más global mientras que los diestros van más parte por parte", indica esta psicóloga gallega.

Eso sí, los expertos recomiendan informar a los profesores de que el alumno es zurdo para adoptar ciertas medidas como sentarlos siempre en el lado izquierdo del pupitre o junto a otro zurdo para evitar que su codo choque con el de su compañero al escribir, sentarlos al lado derecho de la clase respecto de la pizarra para que vean la escritura del profesor desde el mismo ángulo en el que ven lo escrito en su libreta, colocar el papel o cartulina en el lado izquierdo de la mesa de trabajo e inclinarlo hacia la derecha, ubicarse en el lado izquierdo de la mesa para darle instrucciones o enseñarles a coger el lápiz como un diestro para evitar la típica posición en gancho para escribir que adoptan muchos zurdos.

Pero más allá de la escuela, los zurdos tienen que aprender a convivir con numerosos objetos pensados para utilizar con la mano derecha. La palanca de cambios de los coches, las tijeras, los sacapuntas o el teclado del ordenador convencional presentan ciertos obstáculos para que los zurdos las utilicen con destreza. Los psicólogos recomiendan a los padres que traten la zurdera de sus hijos con "normalidad" y le inculquen la idea "de que no supone ningún problema". A la hora de enseñarles ciertas tareas cotidianas cuando son pequeños -como atarse los cordones o cortar con el cuchillo-, los expertos recomiendan sentarse frente a ellos y guiarles como si fuera la imagen ante un espejo. Toda una serie de consejos para que los zurdos se adapten lo mejor posible a un mundo pensado claramente para los diestros.