Su cesta de la compra es mucho más cara que la del resto de la población: por un paquete de macarrones pagan alrededor de 3 euros; una caja pequeña de galletas María les cuesta 1,50 euros; y por una bolsa de pan rallado de 250 gramos pueden llegar a desembolsar 4 euros. Son los celíacos, personas que sufren intolerancia permanente al gluten y que, por tanto, deben eliminar de su dieta los alimentos que contengan trigo, cebada, centeno, avena, triticale, espelta o kamut. Ayer recibieron una buena noticia para sus bolsillos. La ministra de Sanidad, Ana Mato, anunció ayer que el pan sin esa proteína de reserva se considerará, por primera vez, un alimento básico y, por tanto, se le va aplicará el IVA superreducido del 4 %, como al pan común.

"Estamos muy contentos. Llevábamos muchos años pidiendo que se rebajase el IVA del pan sin gluten -pagábamos un 10%, pues se le aplicaba el mismo tipo que a los productos dietéticos-, porque es una alimento básico, que las personas con enfermedad celíaca consumen a diario y cuyo coste, hasta ahora, era un 300% mayor que el del pan común", destaca la portavoz en A Coruña de la Asociación de Celíacos de Galicia (Acega), Belén Enes, quien asegura que una barra pequeña de pan sin gluten cuesta "alrededor de 1,30 euros". "La dieta para una persona con enfermedad celíaca -en algunas familias hay más de un afectado- supone un desembolso de unos 1.500 euros anuales más que la del resto de la población. Por eso esperamos que esta medida sea el primer paso para equiparar los precios de los demás alimentos sin gluten a los de los comunes", subraya.

La portavoz de Acega en A Coruña, quien además es madre de una adolescente con enfermedad celíaca, explica que esa dolencia "produce una atrofia de las vellosidades del intestino" que conlleva una "mala absorción" de los nutrientes (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas) en personas con una predisposición genética. En Galicia, la asociación cuenta con 2.250 miembros -425 en A Coruña-, aunque la cifra total de afectados es mucho mayor, pues, tal y como reconoce Belén Enes, "muchos casos están, todavía, sin diagnosticar". "Los pacientes con la enfermedad celíaca que no siguen una dieta adecuada pueden manifestar desde falta de apetito, diarrea crónica o pérdida de peso, hasta distensión abdominal, vómitos, anemia o alteraciones del carácter. Síntomas que, en ocasiones, se confunden con los de otras dolencias intestinales y que, además, pueden aparecer en cualquier momento", resalta, y añade: "En los niños es más fácil de detectar que en los adultos, porque suelen presentar falta de crecimiento, desnutrición o poco peso", señala.

Enes reconoce, no obstante, que en los últimos años ha aumentado, de forma "muy considerable", el diagnóstico de la enfermedad celíaca en adultos. "Por cada nuevo caso de un niño que llega a la asociación hay ya dos de adultos", sostiene la portavoz coruñesa de Acega, quien afirma que el riesgo para los celíacos no es inmediato, como sí les ocurre a los afectados por otras alergias alimentarias -al huevo, al marisco, etc.-, aunque advierte de que seguir una dieta con gluten puede provocar "graves enfermedades intestinales" a esas personas.

Por último, la portavoz de Acega en A Coruña llama la atención sobre una nueva problemática, a la que hasta ahora no había tenido que hacer frente la asociación, y que deriva de la crisis económica: la dificultad de familias con escasos recursos para hacerse con alimentos sin gluten. "Estamos intentando entregarles los alimentos sin gluten que nos hacen llegar algunas empresas, porque en los bancos de alimentos es imposible encontrar ese tipo de productos", remarca.