Contactar con un médico a cualquier hora del día, realizar ejercicios de memoria y disponer de una pulsera para pedir auxilio en caso de emergencia son solo algunas de las posibilidades que ofrece el sistema de teleasistencia avanzada desarrollado por el Grupo de Investigación en Telegerontología de la Universidade da Coruña (UDC), que lidera el catedrático José Carlos Millán Calenti. Gracias al proyecto Envejecimiento+Activo, financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), ocho centros de mayores de la provincia coruñesa, con capacidad para unos 25 usuarios, podrán disfrutar de forma gratuita, durante los próximos seis meses, de esa tecnología.

El servicio, que ayer fue presentado, mediante una demostración práctica, en la parroquia coruñesa de Nuestra Señora de Os Rosales, ofrece a sus usuarios actividades centradas en la estimulación cognitiva, que permite trabajar aspectos relacionados con la memoria; ejercicios físicos, vídeos didácticos, control de parámetros biométricos, como la temperatura o la tensión; y la posibilidad de formular consultas a especialistas a través de una videoconferencia.

Millán Calenti hace especial hincapié en el ahorro que supone el nuevo sistema -el único de sus características "en el mundo", subraya- respecto a los costes sanitarios de la asistencia domiciliaria normal o el ingreso en una residencia. "Una plaza en una residencia de la tercera edad puede suponer un desembolso de unos 3.000 euros mensuales. Si con la utilización de este sistema se retrasa un mes el internamiento, el dinero ahorrado permitiría financiar el servicio durante tres años", sostiene el catedrático de la UDC, quien destaca que la telegerontología está pensada, también, como un "soporte para el cuidador".

El catedrático de la UDC aclara que, aunque en principio, el servicio de telegerontología desarrollado por su equipo estaba pensado para domicilios, su utilización en centros de mayores resulta también "muy interesante", pues ayuda a éstos a "familiarizarse" con la tecnología. "A veces, el pensar que lo van a tener que manejar ellos en casa les puede asustar un poco", reconoce Millán Calenti, quien, no obstante, destaca: "El sistema no tiene ninguna dificultad". Y es que, para hacer más accesible la telegerontología a los usuarios, esta tecnología emplea pantallas táctiles, de forma que los mayores no precisan utilizar el teclado de un ordenador para recibir los servicios del sistema, que cuenta también con una pulsera que el usuario lleva de forma permanente y que informa mediante control remoto de posibles caídas, así como del pulso del paciente.