Los nidos hospitalarios, en donde médicos y enfermeras atienden a los recién nacidos sanos mientras las madres permanecen en una habitación, están en desuso. El propio Ministerio de Sanidad recomienda su erradicación en su informe Estrategia de Atención al Parto Normal, en el que sostiene que el "contacto piel con piel" entre la madre y el neonato desde el primer momento "reduce el estrés del niño, equilibra su glucemia" y favorece la lactancia, entre otros beneficios. Por ello, hace unos meses que el Materno Infantil Teresa Herrera decidió dejar de enviar recién nacidos a la sala nido. "Si los niños están sanos tienen que estar con la madre en la habitación, hay que evitar separarlos", señala el responsable de la Unidad de Neonatología del hospital, José Luis Fernández Trisac.

"Los nidos surgieron hace décadas, en una época en la que el índice de natalidad era mucho más alto que el actual -hoy en día hay unos 20.000 partos anuales en toda Galicia- y en donde no quedaba más remedio que separar a madres e hijos ya que desde el punto de vista organizativo por la estructura o el personal de los hospitales era inviable que estuvieran con ellas en las habitaciones", indica Trisac, quien reconoce que hace tiempo que el nido tenía poca actividad. "Las madres demandan que los niños estén con ellas en la habitación, lo que es beneficioso para ambos", sostiene este facultativo, quien añade: "Lo ideal es que los padres pueden participar del cuidado del pequeño desde el principio". En este sentido, el doctor resalta que, en los casos en los que el parto se produce por cesárea, los sanitarios llevan al niño junto al padre y al resto de la familia mientras la madre no puede subir a la habitación.

Pese a que las embarazadas que den a luz a un niño sano ya no podrán enviar a su hijo a la sala nido, estas instalaciones siguen operativas para otra serie de actividades. "Por eso puede llevar a error decir que se ha cerrado el nido, donde antes estaban los niños ahora realizamos pruebas que precisan de cierta tranquilidad como los test de sordera que se les hace a los recién nacidos", indica Trisac, quien reconoce que "la tendencia en la mayor parte de los hospitales es eliminar el nido". En el caso de que el menor nazca con algún problema de salud permanecerá ingresado en la Unidad de Neonatología, donde puede recibir la visita de la madre, quien podrá seguir dando de mamar al pequeño.

Con el objetivo de mejorar "el binomio madre-recién nacido", la dirección del Materno Infantil también ha modificado el régimen de visitas de los bebés ingresados. "A partir de ahora los padres podrán acompañar de forma continuada a los recién nacidos que estén ingresados entre las 09.30 y las 23.00 horas y acudir a alimentarlos las 24 horas del día", indica este facultativo, quien añade: "Si el niño está en la UCI podrán estar los dos padres para darse apoyo y en otras áreas, debido a la estructura de las salas, solo podrán entrar de uno en uno".

Una serie de medidas encaminadas a que las familias pueden implicarse en el cuidado del recién nacido desde el principio. "Yo recuerdo cuando los hospitales tenían un cristal para ver a los niños. Está claro que hay que romper barreras y hacer hospitales más abiertos para atender la demanda social y facilitar el contacto entre los neonatos ingresados y sus padres", sostiene.