El buey y la mula no tendrán que irse a pacer a otros lares pues van a seguir teniendo un estatus privilegiado en las representaciones del nacimiento de Jesús que se instalarán en las parroquias de A Coruña de cara a la próxima Navidad. Las recientes palabras del papa Benedicto XVI en su último libro, La infancia de Jesús, recordando que en el portal de Belén no aparecían estos dos animales, han creado cierta confusión entre los ciudadanos de a pie que, cada año, disfrutan montando los belenes en su formato tradicional, aquel que, allá por el siglo XIII, San Francisco de Asís decidió poblar de animalitos.

"El Papa desea que se mantenga la tradición, de hecho, lo recomienda en su libro", señala el párroco de San Francisco Javier y Nuestra Señora del Pilar, Severino Suárez, quien asegura que en sus parroquias se instalará, en los próximos días, "el belén tradicional, con la mula y el buey". "Y aconsejo a la gente que haga lo mismo en sus casas", añade.

En la misma línea se manifiesta el párroco de San Pedro de Visma, Simón Castro, quien recuerda que las palabras de Benedicto XVI solo vienen a recordar "algo que ya se sabía". "La tradición de incluir a la mula y el buey en las representaciones del nacimiento de Jesús se remonta al siglo XIII y la introdujo San Francisco de Asís", indica Castro, quien reconoce que en su parroquia todavía no se ha instalado el belén pero, cuando se haga, será "el de toda la vida".

El origen de la confusión generada por La infancia de Jesús radica, según el párroco de Os Rosales y Nuestra Señora del Socorro, Antonio Rodríguez, en "no leer con verdadero detenimiento el texto de Benedicto XVI". "El Papa lo único que hace en este texto es explicar el origen de los animales, que es una tradición muy antigua; tan solo explica el porqué de las cosas, no dice en ningún momento que haya que eliminar las figuras", subraya este sacerdote coruñés.

La página 76 del libro del Papa así lo explica: "El pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales". Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna, remitiéndose a Isaías 1,3: "El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende", recuerda el Pontífice en su obra, que se presentó esta semana en Madrid.

"El belén, con la mula y el buey, es una tradición muy bonita, con ese sentido que tiene de la pobreza en que nació Jesús... no se debería perder", sostiene Antonio Rodríguez, quien también tiene previsto mantener los belenes clásicos en sus dos parroquias coruñesas. "Los pondremos este fin de semana y serán como siempre", remarca.

Por último, el párroco de la Divina Pastora (Padres Capuchinos), Rosendo Pérez, considera que la gente se ha quedado "con la anécdota" del libro del Benedicto XVI, en lugar de centrarse en su mensaje principal. "En el Evangelio de San Lucas se dice que la Virgen María dio a luz en un establo pero no se menciona ningún tipo de animal, no es nada nuevo", apunta, y añade: "El que los introdujo en la representación de la Natividad de Jesús fue San Francisco de Asís". Este sacerdote ya tiene instalado el belén en su parroquia. "Y lo primero que hemos hecho ha sido poner la mula y el buey", subraya.