El cocinero catalán Ferran Adrià explicó ayer en Palexco a empleados de Inditex los detalles del proyecto elBulli Foundation, dentro de un encuentro sobre innovación y creación. "Si no fuese por el que inventó el hojaldre no se podrían hacer tartas ni miles de postres", dijo Adrià para resaltar la importancia de la creación, al tiempo que recalcó que el principal "problema" de los españoles a la hora de tomar la iniciativa y montar un negocio es "el miedo".

"Aquí no se lleva en el ADN ser emprendedor. Los niños deberían montar empresas ficticias", señaló el cocinero, quien recordó que el turismo es una de las principales fuentes de riqueza de España. El ponente, al igual que Amancio Ortega, dijo en una ocasión que nunca pensó en los beneficios que le reportaría poner en marcha su restaurante. "No se piensa en ganar dinero, pero es cierto que es muy difícil mantener la pasión por tu trabajo. Al final, o buscas nuevos retos, o se acaba. Siempre puede quedar el cariño", indicó Adrià.

El chef contó que El Bulli no dio beneficios hasta 15 años después de su apertura. "Empezamos a cerrar seis meses porque en el 87 en invierno no venía nadie a la Costa Brava. Al final, si abres todo el año, te repites como la marmota", destacó. El cocinero también expuso que el hecho de trabajar feliz es importante para aumentar el rendimiento. "Nosotros trabajábamos diez días y nos íbamos cuatro de fiesta. Así, conseguíamos el doble de eficiencia. Teníamos tiempo para irnos a Nueva York", afirmó Adrià, quien confesó que llegó a la conclusión de que no hay "comida rara, sino, gente rara". Y, como ejemplo, puso a los comensales que devoran un centollo y dicen que sus platos son "raros".