Los gallegos denunciados por causar lesiones, dolor o incluso la muerte a animales domésticos descendieron un 55% en los últimos cinco años al pasar de los 18 casos de maltrato animal tramitados en 2007 a los ocho de este año, según los últimos datos de la Consellería de Medio Ambiente. La cifra se mantiene estable en los últimos dos años. El 2011 finalizó con seis personas multadas por este delito y dos casos sobreseídos. En lo que va de año ya hay dos multados, cuatro expedientes abiertos y dos denuncias sobreseídas.

La Xunta recuerda que el Código Penal incluye condenas de "tres meses a un año de prisión" para quienes "causen la muerte de un animal o le produzcan lesiones que afecten a su salud". Pero no sólo el maltrato es objeto de sanción. La ley autonómica de protección de animales domésticos y salvajes en cautividad considera infracción "grave" lesionar a una mascota y mutilarla sin necesidad, pero también no vacunarla o venderla fuera de los locales autorizados. Cualquiera de esta acciones así como acumular varias infracciones leves puede sancionarse con entre 300 y 3.000 euros y la retirada del animal. Una multa que puede elevarse hasta los 15.000 euros si la falta es "muy grave". En esta tipología se incluyen desde acabar con la vida del animal y organizar espectáculos o peleas con mascotas que impliquen crueldad hasta vender mascotas para su experimentación o esterilizarlos sin el control veterinario correspondiente.

La Consellería de Medio Ambiente señala que tramita cada año una media de 50 denuncias relacionadas con la protección animal, en las que se alerta de maltrato, abandono o falta de seguimiento sanitario del animal, entre otros delitos. Pero la Xunta solo sanciona los casos de maltrato grave ya que las infracciones leves (maltrato sin dolor) se evalúan y penalizan desde los propios ayuntamientos. Normalmente son los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) los que detectan los casos de maltrato o abandono, pero los ciudadanos anónimos también pueden denunciar un caso.

El último episodio de maltrato animal grave en la comunidad se dio esta misma semana cuando la Guardia Civil imputó a un vecino de Chantada por ahogar a seis cachorros de una camada. Los hechos ocurrieron en una bodega que tiene el denunciado en el bajo de su domicilio dónde, supuestamente, ahogó a los perros recién nacidos.