Quedarse embarazada a los 40, pero con las ventajas y la calidad que ofrecen unos óvulos que no superan los 30 años ya es posible sin necesidad de recurrir a la donación. La vitrificación de ovocitos -un método de congelación ultrarrápido- permite extraer los óvulos a cualquier edad (siempre antes de los 35) y conservarlos con las propiedades intactas hasta el momento en el que se decide ser madre. La bautizada como preservación de la fertilidad gana adeptas cada año en España aunque las coruñesas todavía se muestran cautas con este proceso. "Sí que es cierto que vienen más mujeres a informarse, pero al final son pocas las que se animan", señala el ginecólogo Roque Devesa, del Hospital Quirón de A Coruña -antiguo Santa Teresa-. "Es una de las técnicas más novedosas en la reproducción humana y sin duda la demanda va a aumentar porque cada vez se retrasa más la maternidad", añade la directora del laboratorio de Fecundación In Vitro de la Maternidad Belén, Paloma Ron.

El objetivo de la vitrificación es mantener la calidad y características que presentan los óvulos en personas jóvenes para evitar problemas a la hora de quedarse embarazadas en el futuro. "La reserva ovárica de una mujer desciende con la edad y las probabilidades de embarazo dependen únicamente de la edad del ovocito", señala Devesa, quien añade: "Esto hace posible quedarse embarazada pasados los 40 años aunque otra cosa es cómo será el transcurso de esa gestación: hay más complicaciones, desde hipertensión, diabetes, más tasa de cesáreas, de partos prematuros...". Por ello, aunque la ciencia permitiría congelar los óvulos a cualquier edad, los expertos sostienen que más allá de los 35 años "no tiene sentido".

La vitrificación es una técnica reciente que no logró buenos resultados hasta el año 2006. "La congelación de esperma se realiza desde hace 50 años sin problemas, pero con los óvulos hubo más complicaciones, no se lograba un sistema que permitiese congelarlos y que al descongelar mantuviesen sus propiedades", indica la doctora Ron. La solución fue la vitrificación, una técnica que no debe confundirse con la congelación tradicional. "Si congelásemos de manera clásica los óvulos, el agua se cristalizaría y rompería las células. Esta cristalización se evita con la vitrificación que es un método de congelación ultrarrápido al someter a los ovocitos a -30.000 grados en un minuto", sostiene Devesa.

Una de las principales ventajas de la vitrificación y que la convirtió en el método de congelación de óvulos por excelencia es sus buenos resultados una vez se descongelan los ovocitos. "Esta técnica logra que la tasa de supervivencia de los óvulos sea de entre el 90 y el 95%", indica el ginecólogo Roque Devesa. "Una vez descongelados, estos ovocitos se utilizan y los resultados son similares a los frescos", añade Paloma Ron, del Belén, donde esperan la autorización del Sergas para comenzar a realizar esta técnica.

Pero las ventajas de congelar óvulos van más allá de permitir retrasar la maternidad. Las primeras en beneficiarse de este sistema fueron las pacientes oncológicas. Para evitar que los óvulos puedan quedar dañados tras someterse a quimioterapia optan por congelarlos para poder ser madres tras el tratamiento. Un sistema que los médicos recomiendan a quienes sufran cáncer de mama, linfoma de hodgkin así como enfermedades sistémicas autoinmunes, anomalías cromosómicas o se hayan sometido a un trasplante de médula. Estas pacientes tienen otras alternativas a la vitrificación de óvulos como preservar el tejido ovárico y reimplantárselo tras el tratamiento o seguir una medicación que evita el funcionamiento de los ovarios durante la quimioterapia. "Se convierte en una especie de ovario menopáusico y se lesiona menos", indica Devesa.

La congelación de óvulos también amplía las posibilidades de las clínicas de fertilidad. "Los centros con muchas donaciones de óvulos pueden almacenarlos, hacer un banco de ovocitos", indica Devesa, quien añade: "En otros países la legislación solo les permite fecundar un máximo de dos o tres embriones tras un tratamiento de reproducción asistida. Esto sería una alternativa a la congelación de embriones". Ventajas de una técnica ya disponible en clínicas privadas -el Materno no ofrece esta posibilidad- pero que, de momento, convence a pocas coruñesas.

Las mujeres que se decidan a vitrificar sus óvulos deben someterse a un periplo similar al de quienes optan por la fecundación in vitro.

Estimulación ovárica. Las interesadas deben someterse a una estimulación ovárica mediante un tratamiento hormonal. El objetivo es desarrollar varios óvulos durante un mismo ciclo menstrual. El proceso dura entre 10 y 12 días. "Después se seleccionan los de mejor calidad porque lo habitual no es congelar todos", indica Paloma Ron, de la Maternidad Belén

Extracción. Los óvulos se extraen con una punción a través de una ecografía vaginal. Se trata de una técnica que dura apenas diez minutos y que, según los expertos, es fácil, rápida e indolora. Pese a todo, normalmente se realiza bajo sedación.

Vitrificación. Se trata de un proceso de congelación ultrarrápida que impide la formación de cristales de hielo que podrían dañar los óvulos. Los ovocitos se almacenan en nitrógeno líquido.

Caducidad. La ley establece que los ovocitos se pueden conservar hasta que los médicos consideren que la mujer no reúne los requisitos clínicos para ser receptora. La Sociedad Española de Fertilidad aconseja hasta los 50 años.

Coste. El coste oscila entre 2.000 y 4.000 euros a lo que habría que sumar el precio de mantener cada año los ovocitos congelados y la desvitrificación.

EUso. Una vez descongelados, la mujer debe someterse a fecundación in vitro.