El papa Benedicto XVI ha dado libertad a los cardenales para que puedan anticipar el próximo cónclave, cuya fecha se conocerá una vez que la Iglesia católica entre en Sede Vacante -el interregno existente desde que el Papa fallece o renuncia y se elige al sucesor- y se reúnan los purpurados, a partir del próximo viernes.

La normativa vaticana establece que el cónclave de cardenales debe comenzar entre 15 y 20 días después del inicio de la Sede Vacante, con el objetivo de permitir a todos los cardenales del mundo acudir a Roma. Pero visto que muchos cardenales se encuentran ya en la Ciudad Eterna para acompañar a Benedicto XVI en sus últimos días de pontificado, el papa Ratzinger ha aprobado un motu proprio (documento papal), que mantiene esas fechas, pero abre una puerta a anticiparlo.

"Dejo al Colegio Cardenalicio la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta que están presentes todos los cardenales electores, como también la posibilidad de atrasarlo si hay motivos graves. No obstante, transcurridos veinte días del inicio de la Sede Vacante, todos los cardenales presentes tienen que proceder a la elección", precisa en el motu proprio, hecho público ayer por el Vaticano.

Con el motu proprio De aliquibus mutationibus in normis de electione Romani Pontefici, de junio de 2007, Benedicto XVI suprimió algunas normas e impuso otras en la Constitución apostólica Universi Dominici gregis, de 1996, aprobada por Juan Pablo II, sobre la elección de los papas. Ahora, con este nuevo motu proprio, además de conceder la facultad de que pueda ser adelantada la fecha, también cambia algunos puntos, como aumentar a ocho (antes eran dos) el número de ceremonieros, y que, si se da el caso, los dos cardenales más votados en el cónclave no puedan votar para evitar que uno pueda dar el voto al otro y así no ser elegido. También se incluye en la fórmula de juramento de los cardenales la pena de la excomunión en el caso de que violen el secreto de elección del Sucesor de Pedro.

Por lo demás, todo sigue según lo previsto por Benedicto XVI en la reforma de 2007: el próximo Papa necesitará en todas las votaciones la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales asistentes. Además, si se perpetrara el delito de simonía (comprar los votos) todos los culpables serán excomulgados, pero el voto será válido. También se prevé que los cardenales electores deberán abstenerse de toda forma de pactos, acuerdos, promesas u otros compromisos de cualquier género que les puedan obligar a dar o negar el voto a otros. Si eso sucediera, el compromiso adquirido sería nulo. Los cardenales tampoco pueden hacer capitulaciones antes de la elección.