Los indicadores alternativos a las medidas monetarias --a los que recurre Eurostat-- ponen de manifiesto que las necesidades básicas de la población española están "relativamente bien cubiertas" pese a la dureza de la crisis. Así, la privación severa de las mismas afectó "sólo al 3,9 por ciento" de la población de España en 2011, "muy por debajo" de la media europea, que se situó en el 8,8 por ciento, según recoge el Informe mensual de 'La Caixa'.

Este indicador pone de relieve que la situación de pobreza en España es "menos preocupante" de lo que indican otros medidores como podría ser la 'Tasa de Riesgo de Pobreza' del Instituto Nacional de Estadística (INE), que situó en esta situación de alerta a 21,8 por ciento de los españoles --dos puntos por encima de los niveles previos a la crisis--.

En concreto, el índice del Eurostat recoge la falta de, como mínimo, cuatro de las siguientes variables: hipoteca o alquiler; una semana de vacaciones fuera de casa; comer carne, pollo o pescado cada dos días; posibilidad de cubrir gastos financieros inesperados; televisión en color; lavadora; coche; y calefacción. Mientras, el medidor del 'riesgo de pobreza' español se basa en los ingresos inferiores al 60 por ciento de la renta mediana --que se refiere al valor que deja al mismo número de personas por delante y por detrás--.

En este Informe elaborado por el Departamento de Economía Europea del Área de Estudios y Análisis Económico de 'La Caixa', que analiza las múltiples definiciones y maneras de medir la pobreza, se insiste en las grandes diferencias a la hora de acercarse a esta realidad compleja y, aunque advierte de que "crisis y pobreza siempre han ido cogidas de la mano", valora el "buen funcionamiento del estado de bienestar" y el papel "clave" que juegan el tejido social y asociativo del país.

De esta forma, mientras la tasa de riesgo de pobreza infantil en hogares españoles con adultos que han trabajado menos del 20 por ciento de su potencial supera el 78 por ciento del total, el índice 'no monetario' del Eurostat incide en que "sólo el 4 por ciento tiene descubiertas sus necesidades básicas", un ratio "muy inferior" al 10 por ciento promedio de la UE.

"La recesión está poniendo en aprietos a un porcentaje cada vez mayor de la población. Ello es especialmente preocupante en la población infantil, que aparece como uno de los colectivos más expuestos al aumento de la pobreza. Aunque es cierto que en España las necesidades básicas parecen estar bien cubiertas, la vulnerabilidad de dicho colectivo obliga a seguir trabajando sin tregua para revertir, cuanto antes, esta situación", sentencia el Informe.

Uno de cada cuatro europeos, en riesgo de exclusión

Por su parte, según la definición de Eurostat, estarían en riesgo de pobreza monetaria y de exclusión aquellos individuos que viven por debajo del 60 por ciento de la renta disponible mediana de su país; aquellos que por privación material severa no puede satisfacer cuatro de una serie de gastos concretos entre los que se encuentran una televisión a color o una lavadora; y los que viven en hogares con muy baja intensidad laboral --donde los adultos han trabajado menos del 20 por ciento del año--.

Atendiendo a estos parámetros, el riesgo de pobreza afectaba al 24 por ciento de la población de la UE en 2011, fruto de la combinación del 17 por ciento de la población en riesgo de pobreza; un 9 por ciento con privaciones materiales severas; y un 10 por ciento de población viviendo en hogares de baja intensidad laboral.

Por último, el Informe se centra en la forma en la que el INE mide el umbral de riesgo de pobreza en España. En este sentido, ha explicado que el hecho de que la tasa se haya mantenido "bastante estable, a pesar de la severidad de la crisis", se debe a que la medida se establece en función a los ingresos del resto de la población --que han descendido en los últimos años-- y, por lo tanto, el listón está aún más bajo.