Tras su ruptura con Salvador Dalí, Federico García Lorca optó por estudiar en la Columbia University. En el campus y en las calles de Nueva York lloró la soledad del desamor por Dalí en poemas entre los años 1929 y 1930. Los versos fueron conformando uno de los libros que el propio autor situaría entre los más importantes de su producción literaria: Poeta en Nueva York.

Hoy mismo, en la Biblioteca Pública de Nueva York, se inaugura una exposición sobre esta obra, Back tomorrow: A poet in New York, que organizan la Fundación Federico García Lorca, Acción Cultural Española y la propia biblioteca americana.

El homenaje a este libro póstumo publicado en 1941 se realiza a través de 60 piezas entre las que se encuentran manuscritos de los primeros borradores, libros, cartas a la familia, el pasaporte de Lorca, la guitarra, fotos y 15 ilustraciones. Los dibujos proceden de colecciones privadas de Barcelona, Madrid y Nueva York así como de la Fundación Camilo José Cela, en Iria Flavia (A Coruña).

La institución gallega ha cedido temporalmente la ilustración Hombre y joven marinero para esta muestra que cerrará en julio. Se trata de una tinta china coloreada sobre papel, una técnica muy habitual en el poeta granadino. Desde Acción Cultural Española, reconocen el estilo naïf indicando que "más que limitaciones artísticas, se trata de una opción personal para plasmar la fuerte influencia del arte popular y de la estética surrealista".

Estas mismas fuentes explican que el dibujo fue realizado por el poeta granadino en 1929, el año en el que inició su aventura neoyorquina, y que "es diferente a la mayoría de los dibujos que hizo en la Gran Manzana". La diferencia radica en su evocación nostálgica frente a la influencia surrealista más fuerte de otros dibujos como los aparecidos en la edición de bolsillo de Cátedra de Poeta en Nueva York.

Desde la Fundación García Lorca, Amelie Aranguren reconoce que en "el ambiente ingenuo, como del sur de España, con tejados y cipreses" se ve a un joven marinero de rasgos femeninos sentado en el regazo de otro más masculino. "Por detrás una mujer abre los brazos en un gesto como de escándalo y de humor al franco tratamiento de la homosexualidad", añade Aranguren.

Poeta en Nueva York marcó un giro en la poesía española. Extremadamente compleja en sus metáforas, muestra la soledad y el dolor del poeta andaluz "asesinado por el cielo", nostalgia de la niñez, denuncia sobre la situación de los negros (en otras obras había defendido al colectivo de los gitanos), oda a Walt Whitman, su angustia existencial y su obsesión con la muerte.