Mucho más que un sistema de teleasistencia tradicional. La Telegerontología, un proyecto desarrollado por la Universidade da Coruña, no solo permite que las personas mayores alerten ante cualquier emergencia sino que, a través de un único sistema, los ancianos pueden estimular su cerebro -con sencillos juegos como buscar errores, seguir una serie o clasificar objetos-, consultar dudas sobre salud o información sobre cualquier tema de su interés, navegar fácilmente por internet e incluso llevar el control de su tensión, el pulso o el nivel de oxígeno en sangre. Unos 500 mayores de toda Galicia ya son usuarios de este sistema, que ha participado en un estudio europeo sobre envejecimiento activo, que revela que su uso beneficia a los mayores. "La mayor parte de los usuarios analizados experimentan una mejora cognitiva y de ánimo tras trabajar con la Telegerontología", indica el presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía y responsable del grupo de la UDC que creó este sistema, José Carlos Millán Calenti.

El objetivo de la Telegerontología es posibilitar el envejecimiento activo, tanto físico como mental, de los mayores. Por ello, para comprobar su eficacia, se sometió a examen durante dos años, en el marco del proyecto europeo Envejecimiento+activo. El dispositivo se instaló durante cuatro meses en 16 domicilios de la ciudad de A Coruña y en residencias o centros de mayores de toda Galicia, hasta alcanzar los 160 usuarios. Los beneficiarios se sometieron a una serie de test o pruebas antes y después de utilizar este sistema y se demostró que mejoraba tanto el rendimiento de su memoria como su capacidad cognitiva e incluso permitía la detección precoz del deterioro cognitivo. "Obtenían más puntuación en los parámetros analizados", indica Millán Calenti, quien añade: "También se demostró que es un sistema de fácil accesibilidad ya que hasta personas con demencia leve o ligera pérdida cognitiva -entre el 25 y el 30% de los mayores de 65 años- pueden manejarlo por ellos mismos". El informe también revela que los usuarios le dan una nota de nueve sobre diez en cuanto a la facilidad de uso.

Basta con instalar una pequeña terminal con una pantalla táctil conectada a internet en el domicilio para poder disfrutar de los servicios de Telegerontología, un sistema muy útil también en centros o asociaciones de mayores. "Su coste es de 75 euros al mes, el de una residencia pública puede rondar los 3.000 euros", resalta Millán Calenti, quien reconoce que entre los objetivos del sistema también está "retrasar o evitar la entrada en una residencia de los mayores".

A través de iconos gráficos, los usuarios seleccionan de forma sencilla qué servicio quieren utilizar. El sistema se divide en aplicaciones sociales y sanitarias. Entre las primeras, las más de 43.000 actividades que a modo de juego permiten que el usuario ejercite la memoria, el cálculo o la lectura; textos y vídeos sobre temas que le interesen el usuario o una agenda en la que se incluyen desde fechas como cumpleaños hasta citas con el médico o la hora de tomar la medicación para que el aparato se lo recuerde. Y dentro de la salud, una aplicación para medirse de forma autónoma la tensión o un botón -a través de una pulsera- para alertar al centro de control de una emergencia. En breve se incorporarán nuevas funciones como una valoración de agudeza visual, un área de información nutricional, un sistema para controlar persianas o luces de la casa desde la pantalla o un sensor en la pulsera para detectar caídas. La teleasistencia clásica es cosa del pasado, ahora se apuesta por un servicio de apoyo gerontológico.