El Festival Internacional de Benicassim (FIB), uno de los más veteranos de la escena musical española, ha vivido estos días sus peores horas desde que se celebró por primera vez en agosto de 1995 con The Charlatans y The Jesus and Mary Chain como cabezas de cartel.

Por aquel entonces, se contaban con los dedos de la mano los eventos musicales de estas características que tenían lugar en España. Estaba el Sónar, que acaba de cumplir 20 años, el ya extinto Espárrago Rock o el hoy reestructurado Festimad. Y poco más.

La situación distaba mucho de la explosión vivida una década después, cuando empezaron a brotar decenas de iniciativas por toda la geografía española, algunas ya desaparecidas a raíz de la crisis, como el efímero Summercase, que se celebró por última vez en 2008, lo que hizo que ya entonces se hablara del "pinchazo de la burbuja" de los festivales.

El FIB nació en realidad en 1994 como una plataforma de promoción para grupos alternativos e independientes de pop-rock y música electrónica, con un público minoritario.

Se creó gracias a la unión de los hermanos Miguel y José Luis Morán, responsables de la sala Maravillas de Madrid; Luis Calvo, responsable del sello discográfico Elefant Record; y Joako Ezpeleta, editor de la revista "Spiral". Estos dos últimos lo dejaron después de la segunda edición.

Desde el principio, los organizadores contaron con el apoyo del Ayuntamiento de la localidad, la Diputación de Castellón, la Sociedad General de Autores (SGAE) y el Ministerio de Cultura.

La primera entrega del FIB tuvo lugar en agosto de 1995 y, tras fijarse en el mes de julio en años posteriores, los conciertos fueron ganando en adeptos y su aforo aumentó progresivamente, en la misma medida en que iba adquiriendo esplendor su cartel.

El FIB pasó de tener unos 9.000 asistentes en su inauguración a 200.000 en 2009 -cifra récord- y llegó a convertirse en el certamen español con mayor proyección internacional y uno de los más respetados dentro del panorama musical alternativo.

A ello contribuyeron tanto la gestión de sus responsables como la lista de artistas que pisaron alguno de sus escenarios: Sonic Youth, Björk, The Chemical Brothers, Arctic Monkeys, The Cure, Pixies, Morrisey y hasta Bob Dylan o Lou Reed.

Alrededor de la música y de forma complementaria fueron incorporándose en la programación otras manifestaciones artísticas y, así, en el año 2000 nació el Festival Internacional de Cortos FIB y varios concursos de diseñadores de moda.

El FIB también ha dado cabida al arte contemporáneo, gracias a la colaboración del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), y a la danza, a través de un taller del Instituto Violant de Casalduch. Y hasta ha organizado cursos de verano que proporcionaban créditos de libre elección a los estudiantes de la Universidad Jaume I de Castellón.

El mismo año en que el festival alcanzó su mayor asistencia -con artistas como Oasis, Kings of Leon, Franz Ferdinand y The Killers-, los hermanos Morán anunciaron que abandonaban la dirección y pasaban las riendas al británico Vince Power, involucrado en la gestión desde 2006.

Hoy Power ha anunciado que su empresa, "Maraworld", que ha pasado por un concurso de acreedores, ha vendido una parte "considerable de sus acciones" a dos importantes promotores europeos, Denis Desmond y SJM Concerts, lo que garantiza la continuidad del festival, al menos este año.

El "difícil" clima económico ha sido la razón aducida por Power, aunque la inmensa competencia a la que ha tenido que hacer frente el FIB no es un factor despreciable. Entre junio y septiembre de este año los festivales programados superan el medio centenar.

En julio, el FIB se enfrenta al Bilbao BBK Live, el Low Cost, el Pulpop o Monegros Dessert, y la eclosión continúa en agosto, con Ecopop, Arenal Sound, Creamfields Andalucía, Paredes de Coura, Sonorama, y septiembre con el Dcode, el Lemon Pop o el South Pop Isla Cristina.