La voz frágil y tranquila de la artista estadounidense Chan Marshall, más conocida como Cat Power, con su folk renovado, ha abierto la sexta edición del Festival Cruïlla, aunque no ha enganchado del todo al público asistente en el Fórum de Barcelona.

La voz débil y, en muchos momentos, un punto desgastada de Marshall ha pasado, con más pena que gloria, por el escenario del Fórum, espacio en donde en el ya lejano 2008, con motivo del Primavera Sound, se presentó como autorizada representante del "pop-folk" alternativo del momento.

En esta ocasión, la cantante estadounidense de 41 años ha dejado atrás sus atuendos acústicos para engalanarse con acordes más eléctricos que aliñan su último trabajo "Sun", que sus seguidores españoles han podido degustar en directo por primera vez tras salir a la luz el pasado 2012.

En cierto modo, el paso del tiempo ha hecho madurar, y desgastar, la imagen de Marshall. Lejos quedan su juvenil melena castaña y sus inconfundibles camisas a cuadros, cuando crítica y seguidores la señalaban como una de las reinas de la escena independiente.

La Cat Power de 2013 parece otra. Su masculino pelo corto teñido de rubio así lo anunciaba, cuando ha salido al escenario. Su directo fue de más a menos, y demostró ser una artista más acostumbrada a tocar en salas pequeñas que en espacios abiertos, pues en muchos pasajes de su actuación su voz de cristal se perdía entre la brisa marina del litoral catalán.

Sus renovadas composiciones de "Sun" huyen del folk elegante con el que se lució en la segunda mitad del 2000 con "The Greatest" y "Jukebox". Quizás esta metamorfosis era lo que necesitaba su carrera para evitar quedarse encasillada en la finura acústica de sus trabajos.

Pero este atrevimiento estilístico no ha acabado de convencer al público barcelonés, que, pese a ello, ha saboreado las composición rítmica de "Cherokee", el segundo tema con el que ha empezado la balada después del celebrado "The Greatest".

Durante una hora y cuarto de concierto, Marshal ha sacado a la palestra muestras de su renovación con propuestas como "Sun" o "Manhattan", todo ello sin olvidarse de algunas, muy pocas, píldoras de su pasado más triunfal.

A ello se ha sumado la poca interacción de la artista con sus fans, con los que cruzó algunas palabras apenas audibles, como "thank you" o "goodbye".

Fueron en los compases finales cuando la cantante de Atlanta sacó a relucir otra breve pincelada de su talento con "Ruins", uno de los temas más aplaudidos por el público.

Como aperitivo a su actuación, el Cruïlla, sin el halo mediático y masivo que transmite el Primavera Sound, ha dado el pistoletazo de salida con dos grupos catalanes, El Petit de Cal Eril y Quart Primera.

La propuesta "neorural" de El Petit de Cal Eril no ha defraudado a los más madrugadores del festival que salieron con una sonrisa en los labios gracias a los surrealistas monólogos, entre canción y canción, de Joan Pons, alma de la banda.

"Aquí vienen grandes artistas. Se ve que Cat Power baila muy bien", ha dicho entre risas.

Con su voz aguda y peculiar, Pons ha desgranado algunos de los 17 temas de su último disco, "La figura del buit", un recorrido lírico por historias como "Estramoni" o "Com un plom", este último tema tocado con una delicadeza extrema.

La primera jornada del festival lo completarán los veteranos Suede, que inician la presentación europea de su último trabajo "Bloodsports"; el polifacético Rufus Wainwright; James Morrison, Billy Brag o los divertidos daneses Whomadewho, considerados por muchos los reyes del nuevo falsete.