El caso de una niña de 11 años embarazada de más de tres meses tras ser presuntamente violada por su padrastro ha reabierto la discusión sobre el aborto en Chile, país donde no está permitido en ninguna forma, incluso si la vida de la madre corre peligro.

La abuela de la niña, residente en Puerto Montt -a 1.000 kilómetros al sur de Santiago-, denunció la presunta violación ante la justicia el pasado 11 de junio, y el pasado miércoles, el padrastro fue detenido tras confesar haber violado a la menor, según informó el canal 24 Horas.

El caso Belén -así es como se conoce en los medios de comunicación y en las redes sociales- ha vuelto a plantear el debate sobre el aborto en Chile, en plena campaña para las próximas elecciones presidenciales de noviembre. Si bien ni la familia ni la menor han solicitado públicamente la práctica de un aborto, varias organizaciones sociales y candidatos presidenciales reivindicaron el pasado jueves la necesidad de cambiar la ley para permitir el aborto en caso de violación o riesgo para la madre.

"Michelle ha planteado que el aborto terapéutico y en caso de violación deben despenalizarse", señaló el pasado viernes, en su cuenta de Twitter, el comando de la expresidenta y candidata socialista Michelle Bachelet.

Organizaciones como Corporación Humanas, Observatorio Género y Miles Chile instaron a reabrir el debate sobre la posibilidad de aborto y el candidato presidencial del Partido Progresista, Marco Enríquez Ominami, también partidario de la despenalización, llamó a sus contrincantes a pronunciarse sobre el asunto.

El aborto terapéutico -en casos de inviabilidad del feto o de peligro de la vida de la madre- estuvo permitido en hasta el año 1989, cuando la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) lo abolió, y Chile pasó a ser unos de los seis países del mundo que no contempla el aborto en ninguna posibilidad. El pasado año, hubo un intento de debatir el tema en el Congreso, pero el parlamento rechazó la discusión.