Con motivo del Día Europeo de Acción contra la Migraña, que se conmemoró esta semana, el responsable de la Unidad de Cefaleas de la Sociedade Galega de Neuroloxía, Rogelio Leira, insiste en la necesidad de destacar la incidencia social de esta dolencia, que aún a día de hoy se minusvalora.

"Los afectados sufren muchísimo porque esta dolencia no tiene un reconocimiento social", subraya, e incide: "La migraña es un problema de salud más importante de lo que la gente cree. No existe ninguna enfermedad común que sea tan discapacitante", asegura el doctor Leira. Para argumentarlo, utiliza el ejemplo de un paciente de unos 50 años que sufre migraña desde los 20, tiene una o dos crisis cada mes y toma tres o cuatro analgésicos por ataque. "Es una persona con 50 días anuales de incapacidad que, a los diez años serán 500", calcula.

El responsable de la Unidad de Cefaleas de la Sociedade Galega de Neuroloxía insiste en que el mejor tratamiento preventivo es introducir cambios en los regímenes de vida que puedan representar continuadas situaciones de estrés, desajustadas horas de sueño, consumo de bebidas alcohólicas, estímulos sensitivos intensos... Sin embargo, si todo ello no logra la desaparición de los primeros atisbos de migraña, será necesario recurrir a fármacos adecuados, eso sí, bajo prescripción médica.

"La migraña tiene casi siempre un origen genético y muchas personas se acostumbran como algo natural a automedicarse, como hacía su madre", describe Leira. Sin embargo, cuando se abusa de estos fármacos, el dolor se cronifica. "En estos casos, lo adecuado son los tratamientos preventivos, que consiguen disminuir la frecuencia y la intensidad de los episodios y evitan los problemas de tomar tantos antiinflamatorios", explica el neurólogo. "El problema está en que los españoles todavía son reacios a tomar pastillas cuando no les duele nada y a seguir tratamientos largos", lamenta.