Las denuncias sobre posibles niños robados en Galicia continúan llegando a los juzgados pese a la dificultad para resolver los casos. La Fiscalía investiga actualmente cuatro supuestas sustracciones de menores en Vigo, la mayoría ocurridas a inicios de los años 70, pero la falta de documentación y pruebas ha provocado que muchas otras denuncias se hayan ido archivando. Nueve reclamaciones de particulares se han cerrado desde el año 2011 por falta de pruebas o porque no se pudiese encontrar el lugar en el que supuestamente fueron enterrados algunos de los bebés.

La memoria de la Fiscalía pontevedresa referente al año 2012 dedica un apartado completo a relatar un sinfín de casos que han sido cerrados al llegar a un callejón sin salida. "El archivo responde a la falta de pruebas con imposibilidad de obtener otras, ante la carencia de documentación suficiente para acreditar la realidad de los hechos, el desconocimiento de la identidad de los intervinientes o bien la constancia de que ya han fallecido y la imposibilidad de localizar el enterramiento del supuesto cadáver", relata el informe presentado ayer por el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro.

A lo largo de 2012 se archivaron dos denuncias por estos motivos. En una de ellas logró localizarse al facultativo que atendió a una mujer a la que dijeron que su hijo había nacido muerto pero que nunca llegó a verlo ni le comunicaron el lugar de enterramiento. La investigación no pudo avanzar por la avanzada edad y los problemas mentales del médico que impidieron tomarle declaración. En el segundo caso, una madre denunció que en 1974 dio a luz a una niña que por problemas de peso fue trasladada a la incubadora. Poco después fue informada del fallecimiento y entregada una caja cerrada para su enterramiento. Según explica la Fiscalía, la investigación acreditó "una sorprendente falta de cualquier registro en el centro médico". El pediatra fue localizado y declaró, pero no fue hallado el cadáver debido a obras y traslados de cenizas en el cementerio, por lo que "se estimó que no había indicios suficientes para la judicialización del asunto".

Una de las diligencias judiciales abiertas corresponden a la denuncia de un hombre, cuya mujer ya falleció, sobre un hijo muerto nacido en 1971. En este caso consta el lugar del enterramiento, por lo que fueron exhumados los restos y se está a la espera de los análisis de ADN realizados por el Instituto de Toxicología. Además, el Juzgado de Instrucción número 3 investiga la denuncia contra dos facultativos y una enfermera por "indicios extraños" en otro caso y el número 8 tramita a su vez una reclamación de una madre a la que no se le entregaron los restos.

Por último, el Juzgado de Instrucción 7 todavía investiga el caso de la joven viguesa Noemí Lima, entregada en adopción en el año 1987 tras nacer en el Hospital Municipal de Vigo.