Más seguros, eficaces y cómodos que el tratamiento convencional, al no requerir controles de sangre una vez al mes para medir su efectividad, ni presentar interacciones con otros fármacos o con múltiples alimentos, que obliguen a los pacientes a modificar su dieta. Los nuevos anticoagulantes orales se presentan como una alternativa al popular Sintrom, que ha salvado miles de vidas a lo largo de los últimos cincuenta años en la prevención del ictus, las embolias pulmonares y otras hemorragias graves, pero que todavía tiene importantes efectos secundarios y resulta ineficaz en al menos uno de cada tres casos.

"Existe un grupo de pacientes anticoagulados, al menos un 30% de ellos (alrededor de 240.000 en España, unos 15.000 en Galicia) que no alcanza un control adecuado con los tratamientos clásicos (antagonistas de la vitamina K) como el Sintrom", explica el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el gallego José Ramón González-Juanatey, quien especifica que ese porcentaje hace referencia a los denominados "pacientes prioritarios", es decir, aquellos que tratados con Sintrom han sufrido ya una complicación embólica o hemorrágica, en los que es muy difícil mantener un buen nivel de anticoagulación y los que tienen un riesgo muy elevado de sufrir un ictus o de sangrar si se inicia el tratamiento anticoagulante, como son los ancianos.

González-Juanatey rechaza, no obstante, que el Sintrom tenga los días contados y asegura que todavía le queda un largo recorrido antes de que desaparezca su administración, pues "es efectivo en un elevado número de pacientes". "Hay muchos pacientes que están bien controlados con el Sintrom, y estos deben seguir tomándolo", apunta el presidente de la SEC. "Es un fármaco muy importante, porque reduce en un 70% el riesgo de sufrir un ictus, la primera causa de muerte femenina, y de discapacidad adquirida en la vida adulta, en España", añade.

Las indicaciones de uso de los nuevos anticoagulantes orales se recogen en el Informe de Posicionamiento Terapéutico, emitido por la Agencia Española del Medicamento el pasado mes de junio. Pese a ello, su introducción en la práctica asistencial no avanza al ritmo esperado en España -apenas llega al 9%-, a diferencia de otros países de su entorno como Francia o Alemania -donde supera el 22%-. Colectivos profesionales y de pacientes han manifestado, en los últimos meses, su inquietud ante esta situación. Los últimos en hacerlo han sido una veintena de especialistas multidisciplinares (cardiólogos, neurólogos, hematólogos, médicos de familia, geriatras, profesionales de enfermería y asociaciones de pacientes, entre otros) que integran la red La salud del paciente, por delante -entre los que se encuentra el propio González-Juanatey-, y que ayer presentaron en Madrid un documento, titulado Por un tratamiento razonado y comprometido con el paciente anticoagulado, en el que reclaman que estos medicamentos sean reconocidos como una innovación terapéutica de "gran valor", por su "elevado beneficio" clínico.

"No encontramos una explicación para que no se incorporen estos fármacos", destaca el presidente de la SEC, quien sostiene que los análisis de coste-eficacia de los nuevos anticoagulantes demuestran que "cumplen con creces" los requisitos exigidos a un fármaco para que sea financiado por el Sistema Nacional de Salud (SNS), especialmente en los tres grupos de pacientes ya citados. Y aunque estos medicamentos están disponibles en la prestación farmacéutica del SNS, los especialistas de la Red La salud del paciente, por delante critican en el documento presentado ayer las desigualdades en su acceso en las diferentes comunidades autónomas, un hecho que atribuyen a la existencia de dieciocho recomendaciones distintas -diecisiete de las autonomías y una del Ministerio de Sanidad- sobre el uso de estos medicamentos.

Otro de los puntos que aborda el documento se refiere a la correcta formación de los pacientes a la hora de cumplir con su tratamiento. "La prevención y tratamiento farmacológico de episodios tromboembólicos obliga a ser tremendamente rigurosos en el cumplimiento de las tomas", explica el doctor González-Juanatey. "La no necesidad de monitorización regular de los nuevos anticoagulantes orales abre una nueva perspectiva para el uso adecuado de esos medicamentos y, aunque tiene unas claras ventajas farmacológicas sobre los antagonistas de la vitamina K, como el Sintrom, su uso debe acompañarse siempre de otras medidas, como una adecuada explicación y formación de los pacientes que garanticen su toma regular", concluye el especialista gallego.

El presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el gallego José Ramón González-Juanatey, destaca que la anticoagulación es "un tema muy relevante" en la salud cardiovascular. "En las últimas tres décadas la esperanza de vida de la población ha aumentado seis años y medio, de los cuales cuatro se deben a los avances producidos en medicina cardiovascular, fundamentalmente, por una mayor prevención de estas patologías, pero también, por un mejor tratamiento de los pacientes", subraya el doctor González Juanatey, quien insiste en que "no se puede renunciar a seguir avanzando". "Es necesaria una red de expertos que contribuya a que lo cardiovascular siga contribuyendo a fomentar la cantidad y calidad de vida de los pacientes y que impulse la reflexión sobre cuál es la mejor forma de incorporar la innovación al Sistema Nacional de Salud (SNS), que es el mejor logro social que tenemos", remarca.

Las propuestas del documento Por un tratamiento razonado y comprometido con el paciente anticoagulado se gestaron en un foro de debate, celebrado recientemente en Madrid, a instancias de un grupo de expertos inquietos ante la situación de desigualdades y recomendaciones de uso dispares entre las diferentes comunidades autónomas españolas. A raíz de esta iniciativa surgió la Red La salud del paciente, por delante que cuenta con el apoyo de las compañías Bayer y Almirall.