El Valentino de 1992 que la actriz Julia Roberts lució en los Óscar de 2001 fue para muchos el pistoletazo de salida de la moda vintage a nivel popular. Combinar la moda actual con prendas de calidad de décadas pasadas se convirtió en todo un fenómeno que ya no solo se ciñe al ámbito de la moda. Todo lo considerado vintage -productos elaborados entre los años 20 y finales de los 80- es ahora lo más moderno. Un fenómeno que parece haber llegado para quedarse y que las tiendas han decidido explotar. Por ello, sin salir de A Coruña, ya es posible encontrar desde ropa a muebles o juguetes de hace varias décadas así como adquirir un vinilo original de los años 70 o tomarse un café en un local vintage.

La palabra vintage es un término inglés, cuya primera acepción es vendimia -porque procede del francés antiguo, donde se utilizaba para designar a los vinos de las mejores cosechas-, pero que se utiliza de forma habitual para designar todos aquellos objetos u accesorios de calidad procedentes de otras épocas, pero que no tienen tantos años para considerarse antigüedades. Pese a que cada tienda vintage hace su propia definición del concepto, la mayoría considera de este estilo los artículos procedentes de entre los años 20 y finales de los 80. Eso sí, no debe confundirse lo vintage -utilizar objetos creados en décadas pasadas- con lo retro, es decir, prendas, muebles o accesorios de reciente elaboración, pero que se inspiran en la moda típica de otras épocas.

Pero no cualquier objeto fabricado antes de los 80 puede considerarse vintage. El término se utiliza, en la mayoría de los casos, solo para artículos de calidad o característicos de una determinada época. "Nosotros no tenemos piezas nostálgicas, solo los mejores objetos de una época pasada, especialmente de los años 40 a los 70. Son artículos con una historia detrás, de calidad y característicos de un contexto histórico determinado", señala Juan Luis Gómez, de Condecórate, firma coruñesa que vende online muebles vintage. "El objetivo es tener prendas que sean características de alguna corriente de moda de décadas pasadas", añade María Fernández, dueña de la tienda Vintage & Coffee de A Coruña, especializada en ropa y muebles vintage.

Viajar se convierte en imprescindible para la mayoría de los responsables de una tienda vintage ya que estas piezas no se obtienen fácilmente. "Elegimos las prendas viajando por Europa o EEUU, donde tenemos varios proveedores", señalan en Vintage&Coffee, donde al contrario que otras tiendas similares no aceptan donaciones por parte de gente de la ciudad. "No queremos que la gente vea su prenda después en otra persona, nos gusta comprar fuera de aquí", indica María Fernández. Lo mismo ocurre en discos Portobello, donde presumen de contar con una amplia colección de vinilos que ya nadie tiene -al estar descatalogados-, muchos de ellos adquiridos durante viajes a Inglaterra, Japón, Alemania y Estados Unidos.

Y quienes no tienen que viajar al extranjero, recurren a rastros, viejos almacenes o particulares. Es lo más habitual para hacerse con juguetes o muebles vintage. "Para abrir tuvimos que recorrer jugueterías que tenían artículos antiguos almacenados, pero también hay gente que dona sus juguetes", señala Gerardo Conchado, dependiente de El desván de Javi, tienda especializada en juguetes de entre los años 60 y 80. "Vamos a rastros y también hay gente que quiere vaciar un piso y nos avisa por si una pieza nos interesa", añaden desde Condecórate.

El auge de lo vintage no tiene límites y el concepto se aplica a prácticamente cualquier sector. A Coruña cuenta con varias cafeterías en las que entrar supone retroceder varias décadas en el tiempo no solo por su decoración -lámparas, sofás o mesas, típicas de los 60 o 70- sino porque en algunos casos se cuida hasta el último detalle e incluso se sirven las infusiones en las tazas y teteras que estaban de moda hace más de 20 años.

Fuera de Galicia, los servicios vintage también se multiplican. En Madrid ya hay empresas que ofrecen pasar una tarde por la ciudad en Vespa vintage -otro vehículo que de moda, debido a este fenómeno- y al sur de Inglaterra hay un hotel que organiza fines de semana vintage, en los que, según aseguran, "se revive el glamour" de los años 20,30,40 y 50. El precio ronda los 340 euros por persona.

El perfil de quienes se dejan seducir por lo vintage es muy variado. Desde jóvenes que recurren a artículos de épocas pasadas simplemente porque les gusta la estética a quienes buscan objetos de mayor calidad que los que se producen en la actualidad o quienes se dejan llevar por la morriña y solo quieren recuperar algún objeto que les recuerda a alguna época de su vida feliz, como suele ocurrir con los juguetes. "No hay un único perfil. Si te pasas una mañana en la tienda verás desde jóvenes hasta señoras que quieren vestidos anchos y con manga o prendas de punto", señalan en Vintage&Coffee.

Eso sí, la mayoría tienen algo en común: querer diferenciarse. "La gente está descontenta con la producción actual, donde todo parece programado para estropearse. La gente busca la calidad e las cosas de antes y la exclusividad, combinar piezas actuales con muebles diferentes", señala Juan Luis Gómez, de Condecórate. "La gente sabe que hay prendas de otras épocas de mayor calidad que la actual como el punto, ciertas telas", añaden en el establecimiento Vintage & Coffee.

Para unos y otros, el auge de lo vintage no se trata de una moda pasajera. "Aquí llegó hace unos años, pero en otras ciudades extranjeras hace tiempo que la ropa de este estilo tiene éxito", señalan en esta tienda de ropa, donde añaden: "Ya no es como antes, los jóvenes ahora viajan, ven otras cosas y modas". Desde este establecimiento coruñés tienen claro que parte del boom de este estilo es que permite diferenciarse de los demás: recurrir a objetos de otras décadas permite personalizar desde un look hasta un establecimiento comercial o una casa. Ellos lo tienen claro, la moda de lo vintage ha llegado para quedarse.

Juan Luis Gómez, de Condecórate: "Son objetos de calidad, cada uno tiene su historia detrás"

Coleccionistas de muebles y objetos de entre los años 40 y 70, el coruñés Juan Luis Gómez y su novia han convertido su casa en un improvisado showroom en el que muestran a todos los interesados las piezas vintage que venden a través de su web Condecórate. No se trata de cualquier objeto de épocas pasadas, sino "de los mejores de su época". "Intentamos contar al cliente la historia que hay detrás de cada objeto", relata Juan Luis, quien asegura que tienen tres tipos de clientes: "Parejas de entre 30 y 45 años; interioristas o coleccionistas que valoran las piezas por su calidad, su exclusividad o por su contexto histórico -por ejemplo, unos jarrones alemanes muy coloridos, que se crearon tras la II Guerra Mundial, típicos de esa época- y por último, gente de publicidad que requiere de este mobiliario para una campaña". Entre lo que ofrece Condecórate hay desde retratos del siglo XIX hasta carteles originales de las Olimpiadas de Moscú o lámparas Fase, "de los pocos productos españoles vintage".

Jaime Manso, Discos Portobello: "Hay chicos de 14 años que compran vinilos por su mayor calidad"

Ante el auge de la piratería y las descargas de música, el vinilo se ha convertido el salvavidas de muchas tiendas de discos. Discos Portobello de A Coruña presume de contar con una de las mejores colecciones de este formato y reconoce que desde hace unos cuatro años se ha incrementado notablemente su venta. Eso sí, no creen que se trate de una moda por lo vintage sino una consecuencia de la crisis. "El vinilo tiene mucha más calidad que el CD, suena como en el estudio, no tan metálico como el disco y ahora, con la crisis, la gente piensa más en qué invierte el dinero", señala el propietario de esta tienda, Jaime Manso.

El perfil del comprador es muy variado, pero no solo se trata de gente mayor que ha recuperado el tocadiscos. "Hay gente de 14 años que compra y solo vinilos", dice Manso, quien recuerda que tienen una amplia colección de "vinilos nuevos que se descatalogaron hace 20 años" y por tanto, que apenas se encuentran ya a la venta. Manso cree además que el vinilo ha vuelto para quedarse. "Cualquier artista con un mínimo de peso, hoy en día, ya publica también en vinilo", resalta.

María Fernández, de Vintage&Coffee: "El objetivo es crearte un 'look' diferente, no sentir que vas disfrazado"

Hace tres años, María Fernández abrió Vintage&Coffee en A Coruña, una tienda de ropa vintage cuyo objetivo era diferenciarse de otras tiendas de segunda mano. "La principal diferencia es que no tenemos ropa actual, solo prendas que sean características de una corriente de moda de hace 20 o 30 años, prendas fácilmente identificables", señala María, quien también explica que adquieren las prendas a proveedores de fuera de Galicia, no aceptan donaciones de particulares. Reconoce que cada tienda vintage tiene su propio estilo y forma de entender esta tendencia y define su establecimiento como una tienda que opta "por prendas de los 80 y 90". "Nos gusta la ropa con estampados y colores ponibles para combinar con prendas actuales. El objetivo es que te crees un look diferente, no que sientas que vas disfrazado", resalta María, quien asegura que el perfil de sus clientes es muy variado aunque el denim y el punto es lo que más demanda tiene. Vintage&Coffee, que también vende muebles vintage „de estilo nórdico„, cuenta con venta online y Facebook para ver las nuevas adquisiciones.

Gerardo Conchado, de El Desván de Javi: "Vienen coleccionistas o gente que quiere recuperar juguetes de la infancia"

Un Geyperman con carro de combate, una nave de Star Wars de los años 60, Pin y Pon y accesorios de hace más de veinte años con su correspondiente caja, juegos de la Megadrive y decenas de clics de Playmobil de todas las épocas conviven en El desván de Javi, una tienda especializada en juguetes de otras épocas, ubicada en A Coruña. "La idea surgió porque el dueño era un gran coleccionista de este tipo de juguetes", señala el dependiente Gerardo Conchado, quien asegura que la mayoría de clientes o bien son coleccionistas o "gente que ve artículos que tuvieron de pequeños y quieren comprarlos porque los suyos los dieron o los tiraron". La mayor parte de los juguetes „que debido a la demanda ahora se mezclan con objetos de décadas pasadas como bicicletas, figuras o gorras militares„ fueron recuperados de los almacenes de viejas jugueterías o son ventas de particulares. "Creo que en la situación actual, la gente mira hacia su infancia y ve que era muy feliz aunque no tuviese tantas cosas. Mucha gente compra por la morriña de ver aquí juguetes que tenía cuando eran pequeños", indica.