Sólo han faltado las pamelas este domingo en el madrileño Paseo de la Castellana para que aquello pareciera Ascot. Caballos, una pista de arena de un kilómetro de longitud, calesas, música y un gran ambiente han sustituido a las habituales riadas de coches que desfilan por ahí día tras día.

Madrileños y turistas han podido disfrutar de cuatro carreras de tres caballos cada una con un evento que ha recordado al ya desaparecido hipódromo de la Castellana, donde se albergaron carreras de purasangres entre 1873 y 1933 y que encontró su sustituto en el actual recinto de la Zarzuela.

"Qué mejor sitio para acercar el hipódromo a la ciudad que venir cerca de donde estaba el anterior hipódromo", ha explicado Gerardo Torres, director de carreras del hipódromo de la Zarzuela.

Torres se ha mostrado muy satisfecho con el público que se ha acercado hasta el evento que, como ha subrayado, "es pionero en el mundo, ya que nunca antes se han llevado las carreras de caballos al centro de una ciudad".

Las carreras se han desarrollado desde las 11.00 horas sobre una larga recta que ha unido las plazas de Lima y Cuzco; desde el estadio Santiago Bernabéu hasta una meta situada un 500 metros más arriba enmarcada desde la lejanía por las Torres Kio.

Pasaban galopando los caballos y el público que se agolpaba a ambos lados de la pista, elaborada con 1.042 toneladas de arena de sílice, giraba el cuello para no perderse ni un segundo del espectáculo.

Entre los asistentes muchos madrileños anónimos, pero también personalidades como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; Soraya Saénz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, y Ramón Aguirre, presidente de la Sepi.

En el evento también han tomado parte grandes jockeys del panorama nacional, como Francisco Jiménez y Jorge Horcajada quien, en declaraciones a Efe, se ha mostrado emocionado ante la atmósfera que se ha vivido esta mañana en la Castellana.

"Hay muchísimo ambiente, es un día especial, hace muchísimos años que no se hacían carreras aquí", ha confesado el jockey, quien también ha reconocido que los protagonistas han sido "los mismos caballos que corren en los hipódromos de España".

Horcajada, conocedor de las carreras de caballos como pocos, ha explicado que "no es habitual" que el público vea a los caballos en acción desde tan cerca como esta mañana -sólo a tres metros y medio de distancia-, lo que en sus palabras ha supuesto "un gran reclamo".

Fernando, un niño madrileño que esperaba detrás de la valla junto a su padre el paso de los caballos, confirmaba lo que señalado por Horcajada, mientras su padre, Vicente, valoraba positivamente la iniciativa ya que, como ha indicado, "es muy raro ver a los caballos por la Castellana y de esta forma se acerca el hipódromo y las carreras a todo el mundo".

En una tribuna cercana estaba Manuela Farga, una espectadora que había recibido como regalo un asiento y que ha calificado el acto como "espectacular y un lujo".

Igualmente satisfecho se encontraba Dámaso Cabellos, quien ha presenciado varias carreras pero que sin embargo, y como conocedor de las carreras de caballos que ha admitido ser, ha echado en falta "un poco más de velocidad" en unas carreras que han recordado los grandes duelos de cada domingo en el hipódromo de La Zarzuela.