Su "terrible" experiencia personal cuando dio a luz a su primer hijo en un hospital y la "maravillosa" sensación que vivió cuando alumbró a su segundo y tercer hijo en una bañera en su propia casa impulsaron a esta enfermera a formarse en profundidad en esta técnica en Francia y, después, a transmitir sus conocimientos a personal sanitario de todo el mundo a través de la organización Waterbirth Internacional, fundada por ella en 1989. La experta, que reside en Florida, se encuentra en España impartiendo una serie de cursos sobre el nacimiento en el agua. Tras pasar por Tarragona y Madrid, la matrona estará hoy y mañana en Galicia, en el centro materno infantil Alma Mater Doula de Vigo, donde formará a enfermeras, ginecólogas y doulas en esta técnica.

-¿Cuáles son los beneficios de dar a luz en el agua?

-Para las madres es una forma de dar a luz mucho más calmada y suave y les permite experimentar mucho menos dolor y más placer. El agua te rodea y te aguanta; permite que te pongas en cualquier postura y te aporta seguridad.

-¿Y para el bebé?

-Para el niño supone una transición suave desde el útero al mundo exterior. En el vientre materno somos mamíferos acuáticos y al salir, de golpe nos vemos sometidos a la tremenda presión de la gravedad. Cuando el niño emerge en el agua tiene una pausa intermedia, puede mirar a su alrededor, abrir los ojos, mover los brazos, estirarse... La transición es mucho más suave.

-Muchos padres pueden tener miedo de que el bebé trague agua...

-Eso es algo imposible. Hay que conocer cómo crece el bebé en el útero, rodeado de agua, y conocer la fisiología correcta. El bebé está sumergido muy poco tiempo en el agua, cinco o diez segundos, y solo cuando sale se activa el sistema respiratorio, mientras tanto sigue unido por el cordón a la madre, que le proporciona el oxígeno que necesita. En las escuelas no se enseña bien esta fisiología y tampoco se da importancia real a la necesidad de que el niño esté junto a la madre desde el primer momento, que no se les separe, y que se espere a cortar el cordón hasta que haya salido la placenta. Lo esencial es que las matronas que atienden estos partos están muy bien formadas, sepan identificar las posibles emergencias y resolverlas.

-Usted no tuvo ese miedo incluso cuando, hace treinta años, dar a luz en el agua era algo tan poco habitual.

-Sí, era muy difícil encontrar una matrona que te ayudase. Pero tras la tortura que fue dar a dar a luz a mi primer hijo en un hospital normal, al quedarme embarazada de la segunda me empeñé en que fuera diferente. Mi hija nació pasada la media noche en mi cuarto, con solo mi marido y mi matrona presentes, y yo, asombrada por lo sencillo y bonito que había sido todo, le dije a mi matrona que debíamos contarle a todas las mujeres esta posibilidad. Y así fue; desde entonces no he parado de hablar de ello por todo el mundo.

-Sin embargo, ¿es realmente importante el modo en que nacemos? ¿Tenemos memoria del momento del nacimiento?

-Por supuesto que es importante. El modo en que nacemos afecta al posterior crecimiento del bebé, a su fisiología, psicología, metabolismo y salud para el resto de su vida. En mi caso, la primera vez que parí en el agua lo hice por mi hijo, aunque descubrí que también era bueno para mí.

-¿La mujer pasa todo el tiempo en el agua?

-Depende de cada caso y de las necesidades de cada mujer. Mi propio ejemplo muestra las diferencias. El primer parto duró en total 12 horas, de las que solo pasé 30 minutos en el agua. El segundo, el nacimiento de mi tercer hijo, duró cinco horas de las que cuatro transcurrieron en el agua. También es importante que la gente que rodea a la mujer tenga paciencia; no se puede acelerar el parto, hay que dejar simplemente al niño salir.

-¿Qué restricciones hay para este tipo de parto, qué mujeres no deberían dar a luz en el agua?

-Lo primero que hay que destacar es que parir en el agua debe ser una opción entre otras. Pueden dar a luz en el agua desde chicas jóvenes a mujeres mayores. Lo que es cierto es que no pueden dar a luz así aquellas mujeres que sufran algún tipo de patología, aunque sí pueden dilatar en la bañera. Para otros casos como los nacimientos gemelares o cuando el niño viene de nalgas el agua es muy adecuada también durante la dilatación.

-¿Tienen las mujeres muchas más opciones para elegir su forma de dar a luz en Estados Unidos que en España?

-Allí hay muchas opciones para parir en casa y en centros de maternidad de forma natural, pero solo el 10% de los hospitales ofrecen el parto en el agua. La tasa de cesáreas es del 35%, aunque en España es más elevada, y mucho peor en Brasil, donde un 70% de los nacimientos son por cirugía, cifra que se eleva al 98% en los hospitales privados; desde la primera cita les dan la cita para el quirófano y eso es algo inadmisible.