"Egipto vino a mí y ahora es una parte esencial de mi vida". Nieves López Meijueiro habla con devoción del trabajo que realiza desde hace seis años en Egipto como integrante del equipo del Proyecto Djehuty. Esta restauradora gallega, formada en la Escuela de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de Galicia, en la especialidad de arqueología, soñaba, como tantos otros de su rama, con formar parte de alguno de los equipos españoles que cada campaña acuden al país del Nilo para intentar reconstruir su glorioso pasado. Y en su caso, el sueño se hizo realidad. "Trabajaba como autónoma para la restauradora jefa del Proyecto Djehuty y me seleccionó para que formara parte del equipo", recuerda. Nieves, por supuesto, no lo dudó y desde hace seis años participa en las campañas del proyecto, que se desarrollan durante seis semanas entre enero y febrero en la colina de Dra Abu el-Naga, en Luxor (antigua Tebas).

El investigador del CSIC José Manuel Galán, director del proyecto, anunció el lunes que en su última campaña han descubierto una gran tumba subterránea de la dinastía XI del Antiguo Egipto (hace 4.000 años). "Una época bastante desconocida que, sin embargo es muy importante porque nos ayuda a comprender el momento en que Tebas se convierte en la capital del reino unificado del Alto y Bajo Egipto", apunta Galán.

El trabajo de la restauradora viguesa es sumamente minucioso y requiere de muchísima técnica y paciencia. Durante estas seis campañas arqueológicas en las que ya ha participado, su lugar de trabajo ha sido el largo pasillo de la capilla de la tumba de Djehuty, donde, a pesar de ser invierno, se llegan a alcanzar los 40 grados. Allí se afana desde las siete de la mañana hasta la tarde en la limpieza del barro de las paredes, que poco a poco van dejando al descubierto grafitis demóticos que datan del siglo II a.C. "Utilizo un vibroincisor, ultrasonido, bisturís y pinceles; no podemos usar ningún producto acuoso porque se destruiría la pared, así que es un trabajo mecánico y muy lento, pero también muy conservador", relata la experta, de 35 años.

Una egiptóloga americana se dedica a traducir esas palabras que Nieves va iluminando. "Es muy emocionante para las dos este trabajo conjunto y aprendo mucho de ella y de todo el equipo", apunta la gallega. Los textos indican que allí se hallan las momias de ibis (pájaros) y halcones que se han hallado en la tumba, ya que se reutilizó para enterrar a estos animales sagrados. Pero cuando termina la campaña en Egipto, Nieves regresa a Galicia y se encuentra con la tremenda realidad de no puede trabajar como restauradora. "Es imposible vivir de esto, así que me he formado y soy profesora de pilates; pero mi sueño se cumple cada año que regreso a Luxor y me siento una privilegiada por eso", asegura.

Además, Nieves se siente especialmente satisfecha porque el director del proyecto, Galán, otorga una especial importancia a la figura del restaurador que, en otras misiones arqueológicas, ni siquiera existe. "Hay un ambiente maravilloso entre todo el equipo, es una gozada poder aprender tanto de cada uno de ellos", concluye.