Con buena parte de las ayudas públicas congeladas, las becas de posgrado de la Fundación Barrié, que este año alcanzan su 25º convocatoria y cuyas credenciales serán entregadas el próximo día 1 de julio en la sede coruñesa de la institución, se convierten en un "auténtico milagro" para los titulados universitarios que quieren ampliar su formación en el exterior. La institución gallega cubrirá los gastos de estancia a treinta investigadores predoctorales y los de matrícula y estancia a diez estudiantes de másteres. Por primera vez, además, la convocatoria incluyó dos bolsas diseñadas para apoyar la innovación en el sector de la automoción en colaboración con el Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga). Cuarenta y dos suculentas oportunidades de las que, en esta ocasión, se beneficiarán nueve estudiantes procedentes de la Universidade da Coruña (UDC), 20 de la de Santiago y siete de la de Vigo, junto con otros ochos alumnos formados en instituciones académicas de fuera de la comunidad gallega (concretamente, de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Granada).

El coruñés Miguel Cid Montoya, de 25 años, es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidade da Coruña (UDC) y se irá seis meses a la Western University de Canadá, para tratar de formular una metodología computacional que mejore el diseño de puentes de gran vano sometidos a fenómenos aeroelásticos. "Mi tesis doctoral se centra en la optimización de los puentes, en mejorar su geometría para reducir el coste general de su construcción, que ésta sea más barata y eficiente", explica Miguel, quien califica la beca de la Fundación Barrié de "espectacular", y se muestra muy ilusionado con la idea de partir hacia el que será su centro de trabajo durante un semestre, desde el próximo mes de septiembre. "Pensaba irme igualmente, pero tirando de los ahorros, así que la beca de la Fundación Barrié me ha venido muy bien", apunta el joven coruñés, y añade: "El centro canadiense en el que estaré es pionero en ingeniería de viento, dinámica de estructuras, aerodinámica de puentes... Allí podré verificar experimentalmente lo que aquí se hace mediante metodología computacional", señala.

Aunque Miguel insiste en que ahora mismo solo piensa "a corto plazo", en "aprovechar la oportunidad que se me brinda, tratar de aprender todo lo posible en Canadá y, a la vuelta, terminar mi tesis", reconoce que, de cara al futuro, su mayor ilusión sería poder quedarse a trabajar en España, en alguna empresa que trabaje en el campo de la aeroelasticidad, que tiene grandes posibilidades", destaca.

Impaciente por partir se declara, también, Alba García Ulloa, de 25 años y licenciada en Biología por la UDC, a quien la beca de la Fundación Barrié le permitirá disfrutar de una estancia predoctoral, de tres meses, en Universitá Campus Biomédico di Roma, en la capital italiana. "Recibir una de estas becas es todo un privilegio por el prestigio que supone, ya que las personas que se presentan a la convocatoria tienen unos currículos impresionantes", subraya Alba, cuya tesis se centra en el ámbito de la biotecnología, en concreto, en el uso de técnicas destinadas a estudiar sistemas antioxidantes de las plantas. "Mi investigación se centra en una proteína que se encarga de hacer la última etapa de la síntesis de la lisina, y que tiene también otras funciones, entre las que destaca su poder antioxidante. Lo que haré será coger plantas que tengan esa proteína en exceso, y ver si al aumentar su cantidad el sistema antioxidante se ve o no afectado", indica la joven de O Temple, quien reconoce ser consciente de que "no es el momento idóneo para dedicarse a la carrera investigadora" asociada a la universidad, pero insiste en que le entusiasman la investigación y la docencia, y sueña con poder compatibilizar, en el futuro, ambas facetas, aunque tenga que irse fuera.