Todo sigue igual. El acuerdo firmado hace ocho años entre el Ministerio de Sanidad y las principales firmas de ropa para unificar tallas y luchar contra los trastornos de la alimentación continúa sin materializarse. Consumidores y asociaciones de lucha contra la anorexia y la bulimia critican al departamento gubernamental y a la industria textil por no haber cumplido el pacto firmado en 2006 para implantar progresivamente un sistema homogéneo de tallas de ropa, y denuncian que sigue habiendo enormes diferencias de tamaño entre las prendas de unas firmas y otras. Un breve recorrido por varios establecimientos textiles de A Coruña les da la razón: la mayoría talla su ropa como le da la gana, las mujeres con curvas tienen realmente complicado encontrar prendas que les sirvan en muchas tiendas y se puede pasar de usar la talla 38 a necesitar la 42 en poco más de diez minutos.

"Cuando se firmó el pacto, había una preocupación y una sensibilidad por el tema que parece que ahora se ha perdido", lamenta la presidenta de la Asociación de Bulimia y Anorexia de A Coruña (ABAC), Mª Asunción del Valle, quien advierte de que los trastornos de la alimentación no solo siguen estando ahí, sino que incluso han ido en aumento. "En el último año, nos han llegado muchos más casos a la asociación, y la horquilla de pacientes a los que atendemos también se ha ampliado. Ya no son solo adolescentes. En ABAC tenemos desde niñas de apenas 11 años, hasta mujeres de 58; y cada vez hay también más hombres", señala Del Valle.

El pacto al que se refiere la presidenta de ABAC, rubricado en abril de 2006, fue suscrito por la entonces ministra del ramo Elena Salgado y por las principales empresas del sector textil, e incluía la constitución un grupo de trabajo que estudiase medidas para "avanzar en la unificación de las tallas y en la promoción de una imagen física saludable", algo que debían conseguir mediante "acuerdos de autorregulación" y no con una normativa elaborada por la Administración.

Estudio antropométrico

A este acuerdo le sucedió un estudio antropométrico en mujeres, presentado en 2008, en el que el Ministerio -ya entonces encabezado por Bernat Soria- invirtió 1,5 millones de euros para tomar medidas a un total de 10.415 mujeres de toda España y poder establecer los morfotipos femeninos -diábolo, campana y cilindro- predominantes. Sanidad y la industria textil acordaron, entonces, que en el plazo de dieciocho meses desde la realización del estudio antropométrico se ofrecería un nuevo sistema con información adicional, que reflejase el rango de medidas corporales al que corresponde cada denominación de talla, de forma que el consumidor pudiese conocerla, comprenderla y compararla, así como el cambio de maniquíes y la consideración de talla normal la 46.

"No hay voluntad política para solucionar este problema. Se gastó un dineral en unificar las tallas, algo que ayudaría muchísimo y al final no se hizo", lamenta la directora de ABAC, Fátima Pérez, quien insiste en que "una tienda de ropa para adultos no puede tener tallas 32". En la misma línea se manifiesta Mª Asunción del Valle, quien asegura que el tema de la unificación de tallas es "una batalla que ya casi damos por perdida", porque "hay que luchar contra muchos sectores económicos". "De ahí que, aunque desde el movimiento asociativo sigamos exigiendo que de una vez por todas se tomen medidas en esa línea, nuestros principales esfuerzos se dirijan a la prevención, que es fundamental", subraya.

En este sentido, Fátima Pérez explica que la asociación coruñesa ha firmado un acuerdo con el Servizo Galego de Saúde (Sergas) para introducir en los centros de Atención Primaria mayor información sobre los trastornos de la alimentación y facilitar su detección. "Hace falta un conocimiento más profundo por parte de profesionales del ámbito de la salud, tanto médicos como enfermeras", insiste, por su parte, la presidenta de ABAC, quien lamenta que esa problemática "no se haya asumido a todos los niveles". "Otro ámbito en el que la prevención es fundamental es en los colegios e institutos, por eso también estamos estudiando la posibilidad de realizar charlas u otro tipo de actividades formativas dirigidas, específicamente, a los profesores", apunta Mª Asunción del Valle.

Además, ABAC tiene previsto poner en marcha, después del verano, un servicio de asesoramiento nutricional con soporte psicológico para ayudar a personas con sobrepeso que quieran perder algunos kilos a hacerlo "de manera saludable". "La idea es aprovechar la infraestructura que tenemos (equipos de nutricionistas, psicólogos, etc...), para tratar de enseñar a la gente a comer bien y llevar un estilo de vida saludable", indica la presidenta de la asociación.