Invertir la tendencia actual para lograr que sean los padres los que se adapten al ritmo y las necesidades del bebé y no al revés. Esta es la filosofía con la que surge la crianza natural, respetuosa o de apego, un modo de vida que cada vez gana más adeptos y que apuesta, al principio, por fomentar el vínculo entre madre e hijo a través de prácticas como la lactancia, el colecho (que el niño duerma en la cama con los padres) o el porteo (llevar al bebé en brazos, frente al uso de la sillita o cochecito) y más adelanta por una educación flexible en la que cada niño aprenda a su ritmo. Sus defensores solo ven ventajas a este tipo de crianza. "Se crea un entorno de seguridad que favorece el vínculo con el niño, que la madre no esté tan insegura para educarlo, se reduce el riesgo de depresión postparto y se favorece el desarrollo cerebral óptimo y positivo del niño", señala Beatriz Fernández, de la asociación SerDoulas Galicia, donde imparten charlas sobre esta educación.

Quienes apuestan por la crianza natural huyen de los manuales que enseñan a ser padres y de muchas rutinas a las que lleva la vida actual y que, sostienen, no tienen en cuenta "las necesidades biológicas del recién nacido". "Consiste en defender lo obvio, devolver al niño al lugar que le corresponde porque hasta ahora había cierto adultocentrismo", señala Marta García, de la asociación Kanguras de A Coruña, que promueve esta crianza. Lo mismo opinan desde SerDoulas. "Hasta hace poco la tendencia era apartar las necesidades del bebé e intentar que ellos se adaptasen a los mayores: que durmieran en el horario que lo hacen los padres, ellos solos, que dependan lo mínimo de papá", indica Fernández, quien recuerda que "un bebé recién nacido no tiene caprichos, tiene necesidades". Además, resaltan, no están inventando nada nuevo. "Bowlby ya desarrolló la teoría del apego en los años 50 y nuestras abuelas tenían muy claro las necesidades del bebé", señalan en SerDoulas.

Eso sí, desde las asociaciones que informan y promueven este tipo de crianza tienen claro que no es una dinámica puntual sino un modo de entender la vida que obliga a cambiar el día a día de toda la familia. "Esto obliga a recomponer la familia, a reflexionar cuáles son las prioridades, es un proyecto de vida", indica Marta García. "La idea es conjugar las necesidades de toda la familia", añade Beatriz Fernández. Pero quienes optan por una crianza respetuosa o natural no lo tienen nada fácil. "El apoyo a este tipo de crianza en España es cero. En otros países, por ejemplo, la baja maternal es de tres años y aquí solo de cuatro meses", indica Fernández. "Es complicado porque esta crianza requiere mucho tiempo y hoy en día poder dedicarte a los hijos es un lujo", añade García.

La crianza natural, que cada vez tiene más seguidores, comienza desde el embarazo y continúa hasta la edad adulta. Estas son algunas de las prácticas que fomentan.

EParto respetuoso. "Es la primera experiencia vital del bebé y debe ser lo más respetuoso posible", indican desde SerDoulas Galicia. Por ello, los defensores de la crianza de apego también lo son del parto natural y critican que se haya convertido en un proceso en exceso medicalizado. Dar a luz tumbada, la episiotonomía -pequeño corte en el perineo para facilitar el parto-, la cesárea o el rasurado se han convertido en la forma más habitual de ser madre, pero para los defensores del parto natural no es la más idónea tanto para el niño como para la madre. En la actualidad, dos hospitales del Sergas -el Virxen da Xunqueira de Cee y el de O Salnés- están especializados en este tipo de partos y ya hay al menos otros tres centros que cuentan con bañeras o camas multiposición para facilitar un alumbramiento menos medicalizado. Y para quienes quieran que el proceso sea lo más natural posible existe la opción del parto en casa, algo que no financian las administraciones públicas y que supone que las madres deban pagar más de 600 euros por los servicios de una matrona que atenderá el alumbramiento.

ELactancia. Dar el pecho a demanda, es decir, tantas veces como quiera y hasta la edad que lo pida el niño, es uno de los principales pilares de la crianza natural por los beneficios para la salud del pequeño y porque favorece el vínculo entre el bebé y la madre. Una iniciativa que aplauden los pediatras. La Asociación Española de Pediatría asegura que "la lactancia materna es la forma más natural y más saludable de alimentar a los bebés" y que ésta debe ser "a demanda". "Retrasar innecesariamente el momento de la toma causa un sufrimiento evitable tanto para el bebé como para su madre", señalan los expertos, quienes aconsejan al igual que la OMS "la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida".

EColecho. Favorecer el momento de la toma de leche materna y el vínculo entre madre y niño son las ventajas que, según los defensores de la crianza natural, tiene el colecho, es decir, que el bebé duerma en la misma cama que los padres. "Es algo que sale natural, hay mucha gente que lo hace por comodidad. no hay que olvidar que somos mamíferos, que duermen en camada", indican desde Kanguras. "Está mal visto por alguna gente pero lo ideal es prolongar el colecho hasta que la familia considere oportuno. El niño se siente seguro", añaden en SerDoulas. Una práctica, sin embargo, a la que ponen reparos los médicos. La Asociación Española de Pediatría asegura que durante los seis primeros meses lo ideal es que el bebé duerma en su cuna, boca arriba y cerca de la cama de sus padres ya que de este modo se reduce un 50% el riesgo de muerte súbita del lactante. "El colecho favorece la lactancia, pero eleva el riesgo de muerte súbita y debe evitarse en casos de niños prematuros y con bajo peso, si lo padres toman tabaco o alcohol, situaciones de cansancio, hacerlo en superficies blandas como sofá o sillones o si se comparte la cama con otros familiares", indican los pediatras.

EPorteo. La crianza natural o de apego apuesta por el porteo del niño -llevarlo en brazos con mochilas o fulares especiales-, frente al transporte de los pequeños en cochecitos o sillitas de paseo. "El contacto piel con piel con la madre favorece el vínculo entre ambos, hace que estén más conectados y que el tiempo de respuesta ante cualquier necesidad sea inmediato", indica Marta García de Kanguras, quien asegura que el porteo también reduce los cólicos en los bebés "y hace que lloren menos". Eso sí, el porteo -algo que los pediatras también aconsejan- debe realizarse correctamente para evitar daños en el bebé. La posición adecuada es en vertical, sentado sobre las nalgas, la cara descubierta, la cabeza un poco flexionada y sin que la tela ejerza presión sobre ninguna parte del cuerpo. Los pediatras alertan del riesgo de asfixia, lesiones neurológicas o incluso de paro cardiorrespiratorio si se incumplen una serie de reglas: la tela nunca debe cubrir ni presionar la cabeza y ésta tampoco puede estar oprimida contra el pecho de la madre; hay que evitar que el bebé baje mucho en el portabebés y el cuello del niño no puede estar demasiado flexionado para evitar comprimir las vías aéreas.

EEducación. Una vez que los niños crecen, este tipo de crianza se mantiene. "Algunas de estas familias optan por no escolarizar a sus hijos porque creen que hay que respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño, sin dirigirlos", indican desde Kanguras en A Coruña. "Es un modo de vida y se mantiene tras la primera etapa. Consiste en fomentar el escuchar, el flexibilizar para encajar las necesidade de toda la familia y esto hace que estos niños lo hagan también en la edad adulta", añaden en SerDoulas Galicia.