-¿El alzhéimer ya no es solo cosa de personas mayores?

-El alzhéimer es la demencia más frecuente y suele aparecer a partir de los 65 años, de hecho el riesgo de sufrirlo aumenta al superar los 85. Existe el llamado alzhéimer puro, de origen genético, que puede afectar a gente de 30 años pero es muy raro, un caso entre 10.000. Lo que sí han aumentado son otras demencias, como la frontotemporal, que afecta a personas de entre 50 y 65 años.

-Si aún se desconocen las causas del alzhéimer, ¿hay forma de prevenirlo o es una lotería?

-Se sabe que está vinculada al envejecimiento, al vivir más años aumentan los casos de esta demencia. La mejor prevención es llevar una vida sana tanto física como mental. El sedentarismo, por ejemplo, es muy malo para este tipo de demencias, hay que llevar una alimentación saludable y ejercitar la mente con pasatiempos o ejercicios. En Afaco tenemos un manual de estimulación para aquellos casos en los que se sospecha de un deterioro cognitivo leve.

-Se trata de una enfermedad cada vez más frecuente, hace décadas ¿había menos casos o no se diagnosticaban?

-Evidentemente sí que existe una evolución el diagnóstico. Hoy en día ante el mínimo síntoma el médico de Atención Primaria remite al paciente al neurólogo y con unas pruebas diagnósticas puede detectar si se trata o no de demencia. En cualquier caso se dan más casos porque hay más población envejecida. Hace 50 años, por ejemplo, no había tanta gente que llegase a estas edades y por ello se veían menos casos.

-¿Qué falsos mitos existen sobre esta patología?

-Una de las cosas que no nos cansamos de repetir es que a estos pacientes no hay que tratarlos como niños, hay que protegerlos, pero no tratarlos como niños pequeños y hacerles todo, puede hacer muchas cosas. Son personas que, durante cierto tiempo, pueden seguir conviviendo en sociedad, es decir, no tienen que estar encerrados en casa, pueden acudir a visitar culturales, si le gustaba cocinar, pueden seguir haciéndolo... depende en qué fase se encuentren. También hay que aclarar que no son pacientes agresivos y sobre todo que el alzhéimer no es sólo una cuestión de perder la memoria, estos pacientes pierden otras capacidades funcionales por lo que desde el primer momento hay que realizar una labor de supervisión.

-¿Cuáles son los primeros síntomas que hacen levantar la sospecha a los familiares?

-En las fases más iniciales, estos pacientes presentan cierta desorientación espacio-temporal, pérdida de memoria reciente, preguntan muchas veces algo y tienen comportamientos extraños. Muchas familias llegan diciéndonos es que de un día para otro 'no parecía mi padre'. Se diferencia bien cuando se trata del principio de alguna demencia o de despistes propios de la edad. Es normal que a los 80 no se tenga el cerebro igual que a otras edades más jóvenes y por tanto, es normal olvidar ciertas cosas.

-¿Cómo hay que actuar cuando se diagnostica uno de estos tipos de demencia a un familiar?

-Importa mucho el papel que ejercía el afectado en la familia porque, poco a poco, a medida que la enfermedad avanza, la familia va a tener que sustituirle, cubrir las funciones que hacía. Es aconsejable que acuden a entidades como la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña, donde les informan sobre los recursos a su alcanza, los servicios sociales, asesoramiento legal -para tema de poderes, etc...-, donde hay actividades para los pacientes y terapia con el psicólogo, por ejemplo.