Pubs que huelen a tabaco cuando se aproxima la hora de cierre o restaurantes que, en un guiño con el cliente, permiten fumar durante la sobremesa en los reservados parecen escenarios cada vez más usuales en Galicia a juzgar por el número de sanciones impuestas tras una inspección policial o de Sanidade. Las multas por incumplir la ley antitabaco se han duplicado en los últimos dos años, al pasar de 405 a 931. Las tipificadas como leves incluso se han triplicado, disparándose de 222 a 602 entre 2012 y 2013.

El grueso de las reclamaciones se concentra en los locales de hostelería y de ocio nocturno, aunque también se llevan una buena parte de las denuncias de particulares (20%) los centros de trabajo. Y en cuanto al motivo de la infracción, la más frecuente con diferencia es permitir fumar en lugares prohibidos (61,6%). La ley actúa en ambas direcciones y, aunque menos significativos, ya se registran un 3,4% de casos de personas multadas por fumar en sitios no habilitados. También destacan las inspecciones por tener una terraza habilitada incorrectamente, suponiendo dos de cada diez causas de inspección por tabaco en Galicia.

Los datos se recogen en la memoria del Servicio de prevención de conductas adictivas de la Consellería de Sanidade y recogen datos desde la aplicación legislativa antitabaco.

Tres años hace ya que entró en vigor la reforma de la ley antitabaco que prohibe fumar en todos los locales públicos. Después de que en 2011 se emprendiera la lógica campaña de inspecciones masivas por ser el primer año de vigencia de la norma, el celo por controlar a los locales de hostelería decayó. De las 1.025 investigaciones que efectuaron ese primer ejercicio de oficio se ha pasado a las 456 que se registraron en 2012, pero en 2013 han repuntado hasta 1.387. El ánimo inspector, lejos de relajarse, se ha acrecentado. También ocurre lo mismo en lo que respecta a las inspecciones que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Esta vigilancia se duplicó en los últimos tres años, al pasar de 332 controles realizados en 2011 a los 874.

Ha caído, sin embargo, el número de reclamaciones de personas particulares cuyo aviso acarrea el inicio de una inspección. Las denuncias de este tipo han pasado de 547 a 120 en los últimos tres años.

Fuentes inspectoras consultadas detallan que el consumo de tabaco en lugares donde está expresamente prohibido y el consentimiento de esta actividad por parte de los propietarios de los locales son, "con gran diferencia sobre el resto", los comportamientos que provocan más multas.

La mayor parte de las reclamaciones, además, afectan al sector de la hostelería, es decir, a bares, restaurantes, terrazas completamente cerradas (solo se puede fumar en las que estén delimitadas por dos paredes y un techo), pub y discotecas. De hecho, la cifra total de inspecciones de tabaco ten Galicia sobre este tipo de locales se duplicó: pasó de 834 en 2012 a 1.620 en 2013. Estos establecimientos también acumulan procedimientos por no tener la señalización preceptiva con respecto a no fumar o por ser esta incorrecta y (los menos) por la ausencia del mecanismo de activación obligatorio en las máquinas expendedoras de cigarrillos.

Las sanciones son las mismas desde la ley de 2005. Constituyen faltas leves -penadas con entre 30 y 600 euros- fumar en lugares prohibidos, la venta de tabaco por parte de menores o la falta de señalización que advierta de la prohibición. Permitir el consumo, instalar expendedoras sin permiso o no dotarlas del sistema obligatorio de bloqueo son faltas graves que pueden elevar la sanción de 601 a 10.000 euros. Las infracciones muy graves (desde 10.001 hasta 600.000 euros) se reservan para quienes publiciten o patrocinen los productos del tabaco fuera de los establecimientos de distribución. En Galicia no se ha impuesto en los dos últimos años una sanción muy grave.