Sensibilizar a la población y analizar la realidad diaria a la que se enfrentan las mujeres extranjeras que ejercen la prostitución. Este es el objetivo de las jornadas Prostitución e Inmigración: realidade e intervención social, organizadas por Cruz Roja y la Universidade da Coruña -que finalizan hoy en la facultad de Sociología- y en las que los expertos también derribaron falsas creencias sobre este colectivo. "La idea de que todas las inmigrantes llegan a la prostitución engañadas a través de mafias no se ajusta a la realidad, no se puede generalizar, hay muchas situaciones diferentes que llevan a a prostituirse", señala la profesora de Sociología Laura Oso.

Los expertos sostienen que muchas -en el caso de las prostitutas latinoamericanas, mayoría en Galicia- saben a qué se van a dedicar en España, pero no las condiciones de vida y trabajo que les esperan. "En un trabajo sobre este tema entrevisté a 50 mujeres, de las que solo dos no sabían que ejercerían la prostitución al llegar a España. El engaño por parte de las redes o de los contactos que las traen a Galicia no es tanto a qué se van a dedicar como la deuda, que suele ser mayor de lo que se les dice antes de venir, las condiciones reales del trabajo, no saber que tendrán que compartir piso, etc.", añade Oso. Una opinión que comparte Elena López, trabajadora de Cruz Roja en Lugo, única ciudad gallega en la que la entidad cuenta con un proyecto dedicado a la ayuda de mujeres que ejercen la prostitución. "Es cierto que muchas ya sabían que ejercerían cuando llegaron aquí, pero eso no justifica los abusos que sufren, que se les pida un dinero que no van a poder pagar, al final estamos hablando igual de trata de personas", sostiene.

Es precisamente ese engaño sobre la realidad que vivirán en Galicia lo que hace que muy pocas cumplan con los planes iniciales con los que llegaron a la comunidad. "La mayoría ve la prostitución como algo temporal, una forma de obtener dinero en poco tiempo con el objetivo de regresar a su país, pero aquí se encuentran con muchos problemas", indica Oso, quien añade: "La principal dificultad es su situación irregular y que la deuda es más alta de lo esperado. No estar regular en el país impide tener el permiso de residencia y llegan a tener incluso más gastos que otras inmigrantes. Todo eso les obliga a quedarse más tiempo para poder pagar la deuda".

Con el objetivo de facilitar su estancia en el país y ayudarlas para que puedan salir de la prostitución, Cruz Roja cuenta con un proyecto pionero que, de momento, solo se lleva a cabo en Lugo. "Lo que más demandan es ayuda sanitaria. Les informamos sobre sus derechos y tenemos un convenio con el Sergas para que se realicen pruebas ginecológicas o sobre enfermedades de transmisión sexual", explica Elena López. Pero además, estas mujeres reciben asesoramiento jurídico para regularizar su situación en el país y formación. "Les ofrecemos cursos de alfabetización, de español y otros más específicos para cuidar a mayores, ser ayudante de cocina... el objetivo es lograr su inserción laboral", señala.

Y a las difíciles condiciones con las que se encuentran al llegar a España se suma la discriminación por parte de la población. "Hay mucha hipocresía en la sociedad, se ven los clubes de carretera como algo normal, no se piensa en lo que pasa dentro y este colectivo sufre exclusión social", señala López. "Todavía hay mucho estigma y la sociedad se beneficia al cerrar los ojos y creer que los malos son los de las mafias", añade Oso.

Unas dificultades y abusos en su día a día que, ¿se solucionarían al legalizar la prostitución? Los expertos reunidos ayer en A Coruña no lo tienen nada claro. "Es un problema complicado. Ningún sistema actual, ni siquiera en Holanda donde está regularizada, es perfecto. En ese país, por ejemplo, quienes están dadas de alta tienen cierta cobertura social, pero también existe la economía sumergida", indica Oso. "Habría que hacer más controles policiales en los clubes y concienciar y sensibilizar a la población", añade Elena López.