Ilusión y unión son los valores que identifican a la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) desde su fundación en el año 1938 cuando un grupo de invidentes de diferentes comunidades decidieron crear una entidad para apoyar y dar salidas laborales a un colectivo que, hasta entonces, no tenía muchas opciones de empleo. Siete décadas después, la ONCE recurre a la unión de ambos conceptos para bautizar a la marca bajo la que trabajarán todas sus empresas y su Fundación: Ilunion. Más de 500 centros en toda España a los que les une un objetivo común: crear empleo y fomentar la integración de las personas con discapacidad para demostrar que una economía social "es posible".

No se trata de un nuevo proyecto sino de englobar bajo una misma marca el trabajo que desde hace 20 años realizan empresas de toda España. "Se trata de un modelo empresarial y social formado por personas, muchas de ellas con discapacidad, que trabajan para personas", señalan en la ONCE. "Son empresas que dan una oportunidad a gente que no la encuentra en otro lugar", resaltó ayer el director territorial de ONCE en Galicia, Manuel Martínez, en A Coruña. "Un 10% de la población en España sufre algún tipo de discapacidad y cualquiera puede llegar a formar parte de este colectivo", añadió.

Los 500 centros de trabajo de Ilunion -26 de ellos en Galicia- cuentan con 50 líneas de negocio diferentes que se dividen en cinco áreas: servicios integrales; sociosanitaria; consultoría; turismo, viajes y ocio y comercialización. A nivel estatal, la plantilla supera las 28.500 personas, de las que un 30% tienen alguna discapacidad, un 60% son mujeres y más de 2.600 son menores de 30 años. En el caso de la comunidad gallega, hay 1.300 personas que trabajan en empresas de Ilunion, un sector que factura cada año 21,6 millones.

Dos empleados de las empresas de Ilunion explicaron ayer su experiencia. Marta Santalla aseguró que el trabajo de estas empresas permite demostrar que "las personas con discapacidad son tan competentes como cualquiera" mientras que Ramón Souto recordó cómo la ONCE le dió la oportunidad de seguir trabajando cuando hace 6 años se convirtió en discapacitado.