"Hay toda una estrategia para privatizar ciertas áreas de la sanidad pública y favorecer la entrada en el sistema de grupos empresariales". Esta es la tesis que defiende el médico Pablo Vaamonde, que ejerce en el centro de salud de Labañou en A Coruña, al hablar de las políticas sanitarias que se realizan hoy en día en España. Junto a sus colegas de profesión Marciano Sánchez Bayle, María Luisa Lores Aguín, Manuel Martín García y Sergio Fernández Ruiz acaba de publicar el libro La salud como negocio, en el que relatan mediante casos concretos la evolución del sistema sanitario en toda España. Una obra que se presentará mañana, a las 20.00 horas, en el Sporting Club Casino.

-¿Con el título de La salud como negocio

-Hablamos de ahora. Nos consta que cada vez más hay un intento de que grupos empresariales penetren en el negocio de la sanidad pública. La sanidad supone un 40% del presupuesto de una comunidad, es un sector con gran movimiento económico por la tecnología, porque crea empleo y lógicamente esto resulta atractivo para los grupos empresariales.

-¿Y la administración intenta ponerle freno o lo favorece?

-Desde la administración hay toda una estrategia que lo favorece. En los últimos años se han externalizado numerosos servicios como la informática o las centrales de llamadas, en ciertas comunidades se han privatizado hospitales y sobre todo una de las medidas con mayor impacto fue el decreto 16/2012 que por primera vez excluye a personas del sistema sanitario -inmigrantes, jóvenes mayores de 26 años sin trabajo, etc...-, incorporó el copago a los medicamentos, 400 fármacos dejaron de estar financiados... Fue un decreto que pasó muy desapercibido, pero con grandes consecuencias.

-La administración alega que externalizar ciertos servicios no es privatizar la sanidad ni afecta a la calidad asistencial, ¿está de acuerdo?

-No, se están privatizando áreas que funcionaban perfectamente con personal del sistema público. Además, sanidad es un área muy sensible y privatizar supone incluir el afán de lucro en la actividad sanitaria. Por ejemplo, es peligroso privatizar los servicios informáticos ya que si una empresa externa tiene el control sobre la tecnología de la sanidad pública, ésta queda cautiva de ella ya que la sanidad no puede permitirse que el sistema tecnológico se paralice; lo mismo ocurriría al privatizar el sistema de esterilización. Además, no siempre funcionan mejor que en manos públicas. La central de llamadas para pedir citas, que ahora gestiona una empresa de fuera de Galicia y por tanto no genera riqueza en la comunidad, es un ejemplo: cuatro de cada diez llamadas no se culminan, la gente mayor no se entiende y tiene que ir al ambulatorio...

-¿A qué cree que se debe este afán, que denuncian, por privatizar áreas de la sanidad?

-Hay muchos intereses detrás y puertas giratorias. Gente de las empresas que ahora está en la administración y al revés, personas con cargos en la administración y que cuando finalicen piensan ir a alguna empresa vinculada a la sanidad.

-¿Se ha retrocedido en la sanidad española?

-Hemos retrocedido 30 años. Se está perdiendo la asistencia sanitaria universal y se recupera la figura del asegurado, es decir, aquel que cotice. En España hay un millón de inmigrantes que no tienen derecho a sanidad, jóvenes mayores de 26 sin cotizar que tienen que hacer unos trámites para ser atendidos y que pasan a ser considerados PSR, es decir, personas sin recursos.

-¿Hacia qué modelo camina la sanidad en España? ¿Habrá que pagar por ir al médico como en otros países?

-La idea de los actuales gobernantes y la legislación que hay es cortar la sanidad pública, única y universal para favorecer a la privada. Vamos hacia lo que hace años que demandan las aseguradoras privadas: que el Estado cubra unos servicios básicos de salud y para el resto habrá que contratar un seguro privado.

-¿La población es consciente de estos cambios?

-Al principio, cuando se aprobó el decreto 16/2012, había cierta resignación entre la gente, que creía que era necesario el sacrificio. Ahora no porque han visto las consecuencias y que se privatiza la sanidad mientras se sanea a bancos y protege a empresas inmobiliarias.

-De momento, ¿prima más la salud o el negocio?

-Pese a todo esto tenemos un buen sistema de salud que se sostiene gracias a la implicación de los profesionales.