La hepatitis C puede estar controlada y "dejará de ser un problema para la sanidad española" en 2030 si el plan nacional contra la enfermedad que está elaborando el Ministerio de Sanidad garantiza que al menos entre 10.000 y 12.000 pacientes son tratados cada año con los medicamentos de última generación que están apareciendo. De este modo lo señala el miembro de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, Ramón Planas, durante la presentación del último de estos nuevos fármacos que se ha autorizado en España, el daclatasvir, comercializado como Daklinza por Bristol-Myers Squibb (BMS), y el primero que inhibe el complejo NS5A del virus.

Este fármaco, cuya aprobación ya fue anunciada por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, el pasado 16 de diciembre en el Senado, se suma a los ya aprobados a lo largo de 2014, el simeprevir (Olysio, de Janssen) y el sofosbuvir (Sovaldi, de Gilead). Todos ellos, en diferentes combinaciones en función del genotipo del virus y el grado de desarrollo de la enfermedad, pueden conseguir tasas de curación superiores al 90%. Además, el tratamiento se reduce de 48 a 24 e incluso 12 semanas.

"Lo que ha pasado con este virus es lo más espectacular que ha pasado en Medicina en los últimos años. El progreso se puede retrasar, pero no detener", defendió este hepatólogo, que pide que la estrategia nacional en la que trabaja el grupo de expertos del Ministerio permita tratar a todos los pacientes empezando "por los que no pueden esperar" y están en situación más grave.

Por otra parte, el portavoz de la plataforma gallega de afectados por la hepatitis C, Quique Costas, reveló ayer que la Consellería de Sanidade les informó, a mediados de este mes, de que estaban concedidos 90 tratamientos para enfermos por este virus, pero indicó que en el área de Vigo -que acumula el mayor número de cartillas- se habían dispensado un total de ocho. "¿Qué pasó hasta los 90? ¿Dónde están?", se preguntó.

Tras reunirse con representantes del BNG, incluido su portavoz nacional, Xavier Vence; el portavoz de la plataforma arremetió contra los criterios establecidos por el Ministerio y comunidades para la dispensación de los nuevos tratamientos y reclamó que los médicos no estén sujetos a estas exigencias. En todo caso, pidió al departamento que dirige Rocío Mosquera que precise el número de personas que están siendo tratadas y ofrezca datos de cuántos afectados hay en Galicia. Fue muy duro por el "absoluto desprecio" que sienten de las administraciones y, tras asegurar que los afectados se encuentran "indignados y furiosos", advirtió de que "se acabó el tiempo de las treguas".

Por su parte, la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, aseguró ayer que su departamento no tenía ninguna solicitud de tratamiento para un joven de la plataforma gallega que falleció hace unos días y tras lo que la entidad amenazó con denunciar a la Xunta por no darle el medicamento.