Una familia de Lérez (Pontevedra) vivió ayer una auténtica odisea para poder enterrar a un ser querido. Vieron cómo, a escasos minutos de partir la comitiva fúnebre del tanatorio, se quedaban sin sacerdote para oficiar la ceremonia religiosa tanto en el tanatorio como en el cementerio, al parecer, por la negativa del cura de esta parroquia a participar en el acto o a dejar que lo hiciera otro sacerdote en su lugar si no se le pagaban sus servicios sin factura, en efectivo.

La situación derivó en momentos de tensión entre los familiares del fallecido que llegaron incluso a amenazar con no dejar salir del tanatorio a ningún otro entierro mientras no pudieran dar sepultura a su ser querido "como es debido". Esta versión, facilitada ayer por familiares del fallecido, era corroborada por un portavoz de la empresa funeraria encargada de celebrar los actos fúnebres y desvela una situación que vienen padeciendo desde hace tiempo con una serie de sacerdotes que se niegan a trabajar con facturas y exigen el pago de los servicios en efectivo, "en dinero opaco".

Fuentes de esta funeraria explicaron que ellos realizan todos sus pagos a la Iglesia mediante dos fórmulas, o bien por transferencia bancaria a una cuenta del Arzobispado de Santiago o bien mediante la entrega de un cheque a nombre del propio Arzobispado al sacerdote en cuestión. Un sistema que aceptan la mayoría de los religiosos con los que trabajan. Las mismas fuentes señalaron que el jueves, sobre las 20.30 horas, tras el fallecimiento de este vecino de Lérez que ayer recibió sepultura, la funeraria, a petición de la familia, comenzó a realizar los trámites pertinentes para enterrarlo. Es así como se ponen en contacto con el párroco de Lérez quien ese mismo día ya les avisó de que no iba a aceptar un pago por cheque o a través de transferencia a nombre del Arzobispado, al tiempo que les proponía como opción que fuera la familia por allí a "arreglar directamente con él". Tras consultarlo con la familia, se decidió trasladar el funeral a Caldas, de donde era natural el fallecido, y en donde los sacerdotes no tenían mayores problemas en aceptar el método de pago que proponía la funeraria. La empresa se encargaría de disponer de otro párroco.

De este modo, ayer, cuando la comitiva se disponía a salir del tanatorio hacia Caldas para celebrar el funeral -según fuentes de la familia y de la funeraria- el cura encargado de oficiar la salida de la comitiva les dijo que él no podía realizar dicha tarea por mandato del párroco de Lérez, con quien no quería "problemas" y se fue del lugar. Además, aseguran, el párroco les advirtió que el cura le dijo que prohibiría la entrada al cementerio de la comitiva. Al no saber qué hacer, la familia llamó a la policía local y finalmente la funeraria convenció al sacerdote que se había negado para oficiar el entierro.